Mateu Alemany junto al presidente del Barcelona Joan Laporta.
Efe

Mateu Alemany, hasta el pasado 2 de septiembre director de fútbol del FC Barcelona, aparece en todas las quinielas como uno de los nombres que aspiran a sustituir en 2024 -año olímpico- a Luis Rubiales como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Alemany, muy bien relacionado con los diferentes estamentos del fútbol español desde su época de presidente y consejero delegado del Real Mallorca, ya aspiró, sin éxito, en 2007, a la presidencia de la Federación, aunque en el último momento se retiró ante la evidencia de que no podría ganar ante Ángel María Villar, que fue presidente durante casi tres décadas. 

En su línea habitual de discreción, Alemany no ha aparecido en público desde su salida del Barcelona de Laporta y mucho menos se ha pronunciado sobre la posibilidad de que aspire a la presidencia de la RFEF. Y es que el mallorquín, que el pasado 28 de julio cumplió 60 años, espera acontecimientos. El primero, conocer cuándo se celebrarían elecciones. 

Para la asamblea actual se abren dos escenarios. En el primero, podría convocar elecciones para elegir un nuevo presidente de junta directiva que estaría hasta después de los Juegos de París. La otra posibilidad es que la gestora siga hasta enero y que el Gobierno, por medio del CSD, autorice el adelanto electoral. Ahí se produciría una renovación completa de la asamblea hasta que se convoquen elecciones.

Alemany contaría con el apoyo de Javier Tebas, que necesita al frente de la Federación un interlocutor válido y con el que se entienda

Lo que parece claro es que Alemany no dará el paso definitivo si considera que no reúne los avales suficientes de la Asamblea. Se presentará para ganar. El exmandatario del Mallorca, que ha visto cómo el nombre del exguardameta del Real Madrid y de la selección española Iker Casillas también aparece en las quinielas de aspirante a presidente de la RFEF, contaría con el apoyo del presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), Javier Tebas, que necesita al frente de la Federación un interlocutor con el que se entienda y mantenga una buena relación, como es el caso con Alemany, que en su etapa en el Barcelona ha liderado las relaciones con LaLiga para abordar el tema del fair play financiero.