‘First Dates’, el restaurante del amor más conocido de la televisión, abría un día más sus puertas para brindar a un nuevo grupo de solteros la oportunidad de encontrar a una persona con quien compartir el resto de su vida. En esta ocasión, lo hacían de una manera diferente: madre e hija acudían juntas en busca del amor.
Carlos Sobera recibía la visita de Luz y Sammy, dos solteras que no han tenido mucha suerte en sus relaciones pasadas. Como es habitual, confesaron lo que buscaban en ‘First Dates’. «Le gusta una persona aseada, que sea alegre y que tenga buenos sentimientos«, sostenía Sammy sobre su madre. «Lo que me gusta es una persona amueblada, emprendedora y que sea trabajador«, seguía la soltera
En esta ocasión, a diferencia de otras citas, era Sammy, la hija de Luz, quien se encargaba de esperar a la cita de su madre para así poder «darle le visto bueno» al soltero. Al poco tiempo, entró Pedro, un jubilado que tiene el «autoestima por las nubes y una persona arrolladora».
Como era de esperar, Pedro se quedó completamente sorprendido al encontrarse a Sammy. «Me han puesto una mujer muy joven. Yo encantadísimo porque me gustan las mujeres más jóvenes, no más mayores», confesaba el soltero frente las cámaras del programa. Pero pese a la sorpresa, los solteros establecieron una conversión para conocerse un poco más.
«Bueno Pedro, ¿te ha hecho ‘tilín’ Sammy?«, preguntaba Sobera. «Hombre, es buena mujer», respondía Pedro. Pero llegó el momento de saber la verdad. «No es tu cita», confesaba el presentador, algo que dejó descolocado al soltero. «Vaya por dios. Me habéis engañado«, sentenció el soltero frente las cámaras.
«Pues vamos a ver a la mamá«, dijo el soltero. Acto seguido, Pedro fui dirigido a la mesa donde Luz estaba esperándolo con un mojito. Tras el chasco que se había llevado afrentó su cita de una manera completamente diferente, pese a querer conocer más íntimamente a la madre de Sammy.
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Desafortunadamente, los solteros no encontraron el mismo punto en la cita. Hubo algunos detalles que no acabaron de encajar entre ellos, como que ella es una mujer muy religiosa y él es ateo. Como era de esperar, en la hora de la decisión final los solteros no quisieron volver a tener una segunda cita.