Adrián Gutiérrez (Mieres, 1992) es uno de los dibujantes del superhéroe «Blue Beetle», que ha inspirado la décimo cuarta película del universo DC Comics, el de Superman y Batman. Gutiérrez es uno de los invitados hoy (19.30 horas) en las XXVIII edición de las Jornadas del Cómic «Villa de Avilés» que comienzan esta tarde. Conversa con LA NUEVA ESPAÑA por teléfono.
–Las Jornadas del Cómic no le son ajenas. ¿No?
–Las conozco desde niño: me llevaron mis padres cuando era pequeño. Creo recordar que la primera vez que estuve en Avilés debió de ser en 1999 o en 2000. Una de las primeras jornadas.
–¿Y qué tenía el cómic para que fuera tan importante?
–Me viene un poco de parte de mi padre. Él es muy aficionado al mundo de los cómics, en concreto de Bruguera: Mortadelo y Filemón y Zipi y Zape. Él tenía una colección de cómics desde de antes de que yo naciera. Cuando eres niño te llaman la atención los dibujos y ese tipo de cosas. Soy uno más de los españoles que hemos aprendido a leer con los tebeos de Mortadelo. A partir de ahí se genera mi pasión.
–Usted se inclinó siempre por los superhéroes antes de por el humor, ¿no?
–Los superhéroes me gustan mucho desde bien, bien niño. Pero eran las series animadas de Batman, los «Power Rangers», pero entonces no sabía que había cómics de superhéroes. Me entero de eso bastante más tarde, cuando estaba en el colegio. Ahí es cuando se juntan ambas pasiones: ahora sé que a los superhéroes también los puedo disfrutar en el papel. Y eso me encamina un poco hacia donde quería dirigirme desde siempre, que era dedicarme a dibujar.
–¿Cuándo lo tiene claro?
–He estado dibujando toda mi vida, como supongo que la mayoría de los que nos dedicamos a estas cosas. No estoy seguro de que esto que le voy a contar hubiera ocurrido de verdad o es un recuerdo inventado. Me gustaban los «Mortadelos» de tapa dura, los de «Magos del humor». Al final venía la biografía de Ibáñez y eso me llamaba la atención. Recuerdo, ya digo, que salgo de la habitación y voy al salón y les digo a mis padres que yo quería ser como Ibáñez. A la pediatra que me trataba cuando era niño le hice un dibujo de Batman y Robin como en la película.
–¿La de Tim Burton?
–Esa. La original.
–O sea, que cuando murió Ibáñez le debió de doler.
–Bastante, bastante… Había dejado de leer los cómics de Mortadelo porque, simplemente, mis intereses eran otros, pero es algo que me ha acompañado siempre. Me acuerdo que fue un fin de semana, me enteré en la cama. Me dejó un rato bastante ¡plof!
–¿Desde cuándo se puede dedicar a esto?
–En 2019. Empiezo a publicar mucho antes: en 2014 o 2015. Revistas, pequeñas publicaciones. Vivir del cómic aquí, en España, es muy, muy complicado. Conozco a un representante, a Pepe Caldelas, y empieza a mover mi trabajo por los Estados Unidos y empiezo a trabajar con pequeñas y medianas editoriales hasta que en 2021 me llega la oportunidad con DC.
–Y así es que «Blue Beetle» empieza a revivir en Mieres.
–Así. La primera tanda de «Blue Beetle» sí que la dibujé en Mieres, aunque ahora me he mudado a Oviedo.