Nadie ha visto a Antonio David Barroso, un joven discapacitado de 15 años, desde el 12 de septiembre de 2021. Su madre, Macarena Díaz, asegura que su hijo murió en su casa de Morón de la Frontera (Sevilla) y luego ella dejó el cadáver en un contenedor de basura de un barrio de Madrid. La Policía aún no ha encontrado el cuerpo del chico y la mujer está en libertad. El sumario del caso, al que ha accedido CASO ABIERTO, revela que los investigadores observan en el comportamiento de la madre «una ausencia de pena y de remordimiento que llama la atención a la vista de lo ocurrido».
Macarena, que padece un trastorno bipolar, fue ingresada en un centro psiquiátrico después de que aquel 12 de septiembre de 2021 llegara sola a una gasolinera de Carabias (Segovia) y contara lo ocurrido. Participó en reconstrucciones de su recorrido en coche cruzando España con su hijo y señaló incluso unos contenedores del sur de Madrid como el lugar donde había dejado el cuerpo, aunque luego aseguró que había hecho «un paripé».
«Me quedo sin dinero»
Tras recibir el alta médica, la mujer quedó en libertad a la espera de juicio. Los policías que investigan la desaparición de Antonio David sospechan que ella manipula la investigación y señalan que ha continuado con su vida como si no hubiera pasado nada.
Así, el 11 de octubre les comentó a dos agentes: «ahora me quedo sin dinero, porque ya dejo de cobrar las ayudas por mi David», en alusión a los pagos que le hacía la Junta de Andalucía por cuidar de un menor discapacitado. Ante los mismos policías, la mujer había afirmado que se fue de su pueblo con el cuerpo de su hijo en el coche porque «sabe que le van a cargar el muerto«.
Poco después de salir del hospital, la mujer realizó una gestión más que la policía considera importante: «Existe otro dato relevante que pone de manifiesto que Macarena efectivamente continúa con su vida a pesar de lo ocurrido y que confronta con un posible remordimiento y es el hecho de haber solicitado ante la Agencia Tributaria en fecha 21 de noviembre de 2021 parar la deducción por hijo discapacitado» de la que se beneficiaba en la declaración de la Renta.
En ese mismo documento, la madre del joven añade: «Soy la madre del niño discapacitado desaparecido, el niño falleció el 10 de septiembre de 2021, pero no tengo aún el certificado de defunción. Solicito que me paguen el paro«.
El 12 de septiembre se cumplen dos años de la desaparición de Antonio David Barroso. La policía considera como hipótesis más probable que la madre sacara al niño vivo de su casa, iniciara el viaje y él muriera en la gasolinera de Miajadas (Cáceres), donde las cámaras de seguridad grabaron a su madre entrar y salir del coche con gestos de tristeza, o en el camino desde allí hasta Talavera de la Reina, donde la mujer llegó poco después con su hijo en la silla de ruedas. Los investigadores apuntan que por ese motivo la mujer compró una manta en Talavera a pesar del calor que hacía aquel día, unos 35 grados. Su intención, apuntan, era cubrir el cuerpo sin vida de su hijo para evitar que los empleados del hotel advirtieran que estaba muerto.
Tirarlo al río Tajo
En esa línea, los investigadores apuntan la posibilidad de que Macarena tirara al río Tajo el cuerpo de su hijo y la silla de ruedas. Consideran llamativo que la mujer recuerde con exactitud las entradas y salidas de esa localidad, en la que nunca había estado. No descartan por ello «la idea más sencilla y más factible: empujar una silla eléctrica de gran peso con una persona atada a la misma, sabiendo que el cuerpo no va a flotar, a las inmediaciones de un río caudaloso y en una zona donde nadie que no se encontrase en el lugar pudiera percatarse de su presencia».
Los investigadores creen que la mujer pudo tirar el cuerpo de su hijo al río Tajo inspirándose en otros crímenes reales o de ficción «conociendo que las posibilidades de encontrarlo son remotas, constituyendo su conducta una imitación a otras ya realizadas»
La excelente memoria de Macarena sobre su paso por Talavera, a diferencia del resto del último recorrido que hizo con su hijo, llama la atención de los policias, que apuntan la posibilidad de que se percatara de que el río Tajo era un «buen sitio» para dejar el cadáver de Antonio David. Los investigadores añaden que la mujer pudo inspirarse para hacerlo en casos de crímenes reales o sucesos ficticios de series de televisión: «la conducta de dejar a una persona-familiar en el agua es algo que se ha podido visualizar en algún hecho ficticio o real en los medios de comunicación conociendo que las posibilidades de encontrarlo son remotas, constituyendo su conducta una imitación a otras ya realizadas».
Los policías apuntan que esa forma de deshacerse del cuerpo de su hijo sería menos agresiva que tirarlo a un contenedor de basura. «El hecho de arrojar a tu ser querido a un contenedor de basura es algo que no suelen realizar personas que han proporcionado un buen trato a esa persona», indican en el informe, donde añaden que los familiares de Macarena no la ven capaz de dejar a su hijo, por quien se había desvivido siempre, en la basura. «Es menos gravoso empujar una silla con tu hijo que coger en brazos a tu propio hijo y dejarlo dentro de un contenedor debajo de la basura», concluyen los investigadores. En el sumario, de hecho, se incluyen imágenes del lugar del río Tajo donde Macarena pudo haber arrojado el cadáver de Antonio David y la silla de ruedas que utilizaba.
Dejar la medicación
Macarena, enferma de trastorno bipolar, había dejado de tomar la medicación que necesitaba. Ya había tenido dos brotes psicóticos en 2017 y 2019 y conocía los riesgos de dejar de tomar el litio, pero lo hizo de nuevo, desde el verano anterior, confesó, porque ganaba mucho peso, hasta 18 kilos dijo, si se tomaba las pastillas. Su hijo, por su parte, necesitaba tomar cuatro tipos de pastillas diarias para evitar, entre otros problemas de su enfermedad, sufrir crisis epilépticas. La investigación de la policía ha revelado que Macarena dejó de darle dos de esos medicamentos entre 13 y 15 días antes de morir. De hecho, varios testigos, desde un sacerdote a la empleada de un supermercado, vieron sufrir al niño violentas convulsiones los días antes de su desaparición.