Una visita de la Guardia Civil. Eso es lo que ha recibido una conocida exconcursantes de «La isla de las tentaciones». ¿El motivo? Sus perros, tal y como ella misma ha relatado a través de sus redes sociales.

La primera temporada de «La isla de las tentaciones» se estrenó el 8 de enero de 2020. Cosechó cuotas de pantalla de en torno al 20%. La final tuvo un «share» del 30%, una cifra muy alta.

Tras este éxito, Telecinco no dudó en ir a por una segunda temporada, que también promedió cuotas de pantalla superiores al 20%, con un 28% en la gran final.

La tercera temporada no defraudó. La audiencia siguió fiel al programa, que se desarrolló en el primer trimestre de 2021, firmando más de un 25% de cuota de pantalla media.

Posteriormente Telecinco hizo una edición especial. «La última tentación», estrenado en septiembre de 2021, en el que reunieron a varios de los participantes más destacados de las tres primeras ediciones. Pese a todo lo que prometía, terminó por ser la edición menos vista. Eso sí, mantuvo cuotas de pantalla de entre el 15 y el 20%.

Poco tiempo después se estrenó la cuarta temporada del concurso, que nuevamente firmó cifras similares al especial. También hubo sexta y ahora se espera una séptima para el próximo mes de enero.

Quien ha recibido la visita de la Guardia Civil es Lola, concursante de la tercera temporada, adonde llegó acompañada por Diego Pérez, el que era su novio desde hacía tres años. Seis meses después del concurso ya no estaban juntos.

Lola tiene dos perros, Horus y Kun, de la raza Rottweiler, raza considerada potencialmene peligrosa. «Alguien de mi urbanización ha llamado para quejarse de Kun y Horus, porque tienen miedo a que puedan saltar la valla y comerse a algún niño o algún perro, porque cada vez que pasa, ladran», comenzó explicando ella, a través de sus redes sociales.

«Como son PPP pues tienen miedo, básicamente. Y lo que me están pidiendo es que cambie la puerta de la entrada y la haga más alta», explica Lola, que también aclara que los canes «nunca se han escapado».

Eso sí, reconoció que se sentía molesta por la llamada a la Benemérita: «Entiendo que hay gente que tenga miedo a los perros porque ladran, pero no pasa nada. Lo que me puede molestar es que esos vecinos no vengan a decírmelo a mí y llamen a la Guardia Civil, para que todo el mundo vea que tengo aquí una patrulla».

Pese a todo, Lola ha confirmado a sus seguidores que hará caso a sus vecinos: «Subiremos la puerta de la valla y ya está».