El popular economista Santiago Niño Becerra nunca da puntada sin hilo y todos sus comentarios en redes e intervenciones públicas son escuchadas con enorme atención. No en vano, fue uno de los contadísimos expertos que alertó de la posible crisis financiera del 2008. Esa posición que mantuvo durante mucho tiempo antes a que estallara la burbuja inmobiliaria en Wall Street y que se propagó como una mancha de aceite por todo el planeta, ha hecho que para muchos se convierta en un referente para intuir qué puede venir en el futuro, más allá de los discursos oficiales e institucionales.
Con ese telón de fondo, muchas personas han acogido con los brazos abiertos su reciente intervención en Radio Euskadi, programa donde colabora de manera ocasional, a cuenta de los tipos de interés.
El experto se ha mostrado muy crítico con la concatenación de subidas de los tipos que está realizando el Banco Central Europeo (BCE), a rebujo de la Reserva Federal de Estados Unidos, para librar su batalla contra la inflación desmedida, en gran medida, por la guerra de Ucrania. Esta decisión ha situado los tipos en suelo europeo en el 4,25% tras la última subida de un cuarto de punto hace una semana. Una tasa que no se veía en suelo europeo desde octubre de 2008.
Del golpe para los hipotecados…
«La inflación que tenemos actualmente en el mundo es una inflación de oferta y no se combate subiendo los tipos de interés, se combate de otras maneras», subrayaba el economista en el citado medio.
No es una cuestión que carezca de interés. Este encarecimiento del precio del dinero es fundamental para quienes tengan hipotecas a tipo variable ya firmadas y pendiente de revisión o para los que estén pensando en pedir una. La razón está clara. Las nuevas negociaciones y revisiones se harán acorde a este indicador. En otras palabras, el mordisco de los intereses para devolver la cantidad solicitada será mayor, con el impacto que ello supone para las cuentas de las familias.
Se ha hecho, a juicio de Niño Becerra, «porque es la manera más fácil» e indudablemente «acabarán bajando los precios, es cierto, porque la oferta se restringirá aún más, con lo cual los precios descenderán», proseguía. Sin embargo, apuntaba «como resulta que la inflación de oferta depende tan poco de los tipos de interés, se tarda mucho en ver el impacto que tiene el aumento de los tipos sobre los precios».
…a ¿un respiro?
«La señora Lagarde ya dijo el jueves pasado que en septiembre podía o no haber otra subida. Muchos expertos piensan que en septiembre volverá a haber otra subida, podemos llegar al 4,50%», ha anticipado Niño Becerra
Pero hasta ahí. El economista adelanta lo que, de producirse, se traduciría en un respiro y serio alivio para los hipotecados. «Al cabo de dos, tres, cuatro meses, que se vea que los precios no suben más, podrían empezar a bajar», avisa.
De esta manera, a principios del 2024, en «enero o febrero», los tipos «pueden empezar a bajar», ha incidido, aunque con una salvedad: «Imaginemos que este invierno es gélido, hay problema de suministros etc. Esto volverá a ser negativo de cara a la inflación. Entonces se retrasaría la baajda de los tipos de interés».