Vila-real llegó ayer al ecuador de las fiestas patronales de la Mare de Déu de Gràcia con un buen número de actos, entre los que destacaron la multitudinaria cena de tombet que organiza la Comissió de Penyes, el popular ball de plaça y una de las principales novedades de estas celebraciones festivas, como es el adelanto de los horarios de las exhibiciones taurinas, que de manera excepcional y a modo de prueba llevaron a cabo esta vez a las 12.30 horas (bou per la vila) y a las 20.00 (bou embolat).

En cuanto a la cena de tombet de bou de las peñas, que se desarrolló en el párking en el que también está el Recinte de la Marxa, volvió a convertirse en el evento más multitudinario de la jornada, por cuanto fueron en torno a 3.000 los participantes que no quisieron perderse esta fiesta y, cómo no, la degustación del popular guiso.

El Raval volvió a escenificar el tradicional ‘ball de plaça’. MEDITERRÁNEO


Por su parte, el Grup de Danses El Raval repitió éxito en el 20º aniversario de su cita con el ball de plaça que además contó con la participación de la reina y las damas de las fiestas, así como de ediles de la corporación, debidamente ataviados, como el propio alcalde, José Benlloch, o la concejala de Fiestas, Miriam Caravaca.

El ‘bou embolat’ recorrió las calles de la vila aún de día. JOSÉ CARDA


También tuvo buena aceptación el adelanto horario de los bous de carrer, si bien la exhibición del mediodía no obtuvo la asistencia habitual de las tardes, a la vez que acotaron el recinto de la vila a la zona de los cadafals. Mientras, la embolada de las 20.00 horas, aún con la luz del día, sí que contó con un recinto taurino lleno. En cuanto al toro de la jornada, de la ganadería castellonense de Aida Jovaní, destacó la que es otra de las novedades de los festejos, al apostar por un hierro provincial.