No me llame Ternera, el documental codirigido por el Jordi Évole y Màrius Sánchez en el que el conocido periodista entrevista al exdirigente de ETA Josu Ternera, inaugurará la sección Made in Spain del Festival de Cine de San Sebastián.
La presencia de la película en el certamen vasco ha generado críticas por dar voz a un líder terrorista. La asociación de víctimas del terrorismo Dignidad y Justicia ha pedido a la Fiscalía que vea la entrevista de Évole a Ternera para determinar si su emisión puede suponer delito de enalteimciento del terrorismo y humillación a sus víctimas, informa EFE. Además, la asociación sendas cartas a Netflix, plataforma responsable de la producción del documental, y a José Luis Rebordinos, director del festival, solicitando que no se proyectara la película.
Por su parte, Rebordinos ha asegurado este viernes que, mientras él dirija el certamen y su equipo esté de acuerdo, el Zinemaldia «jamás blanqueará el terrorismo y los asesinatos de ETA».
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El director del festival ha afirmado que estas polémicas «son artificiales e interesadas», ya que «muy poca gente ha visto la película», y ni siquiera tuvo tiempo de contestar a la carta de Dignidad y Justicia cuando ésta ya se había hecho pública. «Obviamente mi respuesta no les importaba nada», ha lamentado, según informa EFE.
«Jamás, mientras yo sea director del festival, vamos a blanquear al terrorismo y los asesinatos de ETA, que nadie tenga dudas, que la película no es eso», ha asegurado Rebordinos.
Ha ido más allá al asegurar que siempre se ha referido a ETA como «un grupo fascista y asesino». «Fascista porque intentó imponer a esta sociedad un proyecto político y asesino no hace falta que explique por qué», ha zanjado tajante.
El festival describe la película como «una mirada inédita desde dentro a la banda terrorista y aborda algunos de los momentos decisivos hasta su disolución en 2018», y afirma que «brinda una dura e inédita mirada» a la trayectoria de Josu Ternera como dirigente de ETA. También la define como «una tensa y exhaustiva conversación que ha permitido a una víctima del conflicto resolver incógnitas del atentado que sufrió hace casi 50 años».
En opinión de Rebordinos, cuando en una obra de este tipo se da voz a un terrorista o a una persona que ha cometido delitos hay que cumplir tres condiciones: que la película sea buena, que aporte contexto, y que se le planteen preguntas «lo suficientemente incómodas, a veces hasta agresivas» al entrevistado.
Según ha indicado, el documental de Jordi Évole «cumple las tres condiciones».
Ha recordado que ha habido muchas películas de no ficción en las que se ha entrevistado a asesinos, entre las que ha citado The Art of Killing, de Joshua Oppenheimer, y S21. La máquina de matar de los Jemeres Rojos, de Rithy Panh.
Ha aclarado que el documental sobre Josu Ternera comienza con el testimonio de una víctima «directa» del exdirigente de ETA y finaliza volviendo a dar la palabra a este afectado.
Ha defendido el Zinemaldia como un lugar de debate y discusión de cuestiones «complicadas y a veces dolorosas», al tiempo que ha defendido que «no hay nada que justifique a ETA, pero hay cosas que explican a ETA, igual que no hay nada que justifique al GAL, pero hay cosas que explican el GAL».
«Es importante que entendamos por qué pasan las cosas y las discutamos», ha enfatizado.
Por su parte, los codirectores del documental, afirman: «Hemos hecho esta película porque tenemos una responsabilidad con la historia de nuestro país, que en parte está muy marcada por el terrorismo de ETA, y nos parecía una ocasión única entrevistar a alguien que perteneció a esa organización terrorista. También es fundamental que la película sirva en el plano pedagógico para toda esa generación que ha decidido olvidar o no mirar hacia ese lugar de nuestra historia que es muy reciente. Es un ejercicio de memoria histórica».
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