El Tribunal Supremo podrá plantear una cuestión de inconstitucionalidad ante una hipotética ley de amnistía que afecte a los procesados por el alto tribunal, así como elevar una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que podrían paralizar la aplicación de la amnistía.

Fuentes jurídicas han explicado que no solo el instructor del procés en el Supremo Pablo Llarena, sino que cualquier juez del territorio que dude de la constitucionalidad de la ley puede plantearlo así ante el Tribunal Constitucional.

En la actualidad, no llega al centenar los procedimientos penales abiertos por el procés, si bien luego hay otros administrativos (multas) que tienen otra consideración.

Así, en caso de aprobación de una ley de amnistía, Llarena y el resto de jueces que instruyan causas relacionadas con el procés tienen que aplicar la ley, aunque previamente hayan elevado una cuestión de inconstitucionalidad. «Ningún juez puede negarse a aplicar la ley, aunque tenga sus dudas, no se puede dejar en suspenso a la espera del TC», añaden las fuentes.

Otra cosa, precisan las fuentes, es que al plantear sus dudas al tribunal de garantías, alguno solicitase la adopción de la medida cautelar de suspensión, algo inusual en este tipo de trámites.

Sin embargo, el TC señala en su propia página web que «el planteamiento de la cuestión de inconstitucionalidad determina la suspensión provisional de las actuaciones en el proceso judicial hasta que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre su admisión y, de ser admitida, hasta que resuelva definitivamente la cuestión», es decir, que no es que los jueces se puedan negar a aplicarla, es que si se recurre ante el TC se suspende automáticamente.