Alexander Zverev no tuvo su día ante Carlos Alcaraz. El alemán se vio superado por el español en los cuartos de final del US Open y dijo adiós al sueño de luchar por el título en el último Grand Slam de la temporada.

Sascha se vio desbordado por la exhibición de tenis del vigente campeón del torneo, que apenas pasó apuros para seguir avanzando hacia la deseada final del domingo contra Novak Djokovic, algo que achacó a su estado físico.    

«Estuve en el partido en el primer set, donde tuve mis oportunidades para escaparme en el marcador, pero no pudo ser. Después, sentí un fuerte dolor en el tendón de la corva, casi a la altura del glúteo, en mi pierna izquierda. Eso provocó que la velocidad de mi servicio bajara y contra un jugador como Carlitos necesitas estar perfecto, siendo el saque algo fundamental. Siento que la mala fortuna arrebató mi mayor arma para poder causarle problemas y es complicado competir así» explicó el alemán en rueda de prensa.

Tampoco jugó a su favor la tremenda paliza física de su partido de octavos ante Sinner. «Fue devastador el esfuerzo que hicimos ambos ese día y creo que, para haber jugado casi cinco horas y terminar de madrugada, conseguí recuperarme bastante bien» aunque no quiso restarle méritos al todavía número 1 del mundo. 

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Pese a todo, Zverev no quiso recibir asistencia médica, una decisión controvertida que explicó de la siguiente manera. «Odio con todas mis fuerzas llamar al médico porque creo que muchos jugadores lo hacen por motivos equivocados y buscando alterar el ritmo del encuentro. ¿Qué diablos iba a hacer el médico o el fisio durante tres minutos si tengo un desgarro muscular? No soy ese tipo de jugador, por mucho que otros lo hagan».

Para acabar, el alemán quiso poner en valor el nivel y los méritos de Alcaraz. «Él jugó bien los puntos importantes del primer parcial, pero incluso después de perderlo, me veía con posibilidades de hacer que el partido fuera muy igualado porque consideraba que el nivel de ambos estaba parejo. Pero cuando sentí ese dolor, supe que no había nada que hacer. Seguí intentándolo, pero ante Carlos no puedes jugar mermado» concluyó.