El portavoz del grupo municipal Con Podemos-Izquierda Unida, Ismael Sánchez, ha instado este jueves al Gobierno municipal del PP a aprovechar las obras en la calle Adriano para dotar al barrio del Arenal de «un gran paseo» en el que, «siguiendo las recomendaciones recogidas en el Plan General de Ordenación Urbana –PGOU– para intervenciones en el centro», el peatón «recupere protagonismo» mientras que las zonas destinadas a tráfico rodado se reduzcan al espacio «estrictamente necesario» para su circulación.

Según ha explicado el concejal en una nota de prensa, el proyecto actual de obras en Adriano, «además de implicar la tala de árboles de gran porte y facilitar la creación de islas de calor, contraviene la memoria de ordenación del PGOU vigente en cuanto al rediseño de las secciones del viario interior del centro».

Así, la normativa municipal establece, según Podemos-IU, que cualquier intervención de estas características «debe reducir la anchura de la calzada a su dimensión estricta para la circulación de los vehículos para recuperar espacio público para los peatones y favorecer el uso de la bicicleta; y eliminar aquellas plazas de aparcamiento en superficie que no sean las imprescindibles para garantizar zonas de carga y descarga y la solidaridad con las personas de movilidad reducida».

Ambas instrucciones, como ha apuntado Sánchez, «no son respetadas» por lo que ha solicitado al equipo de José Luis Sanz «una revisión del proyecto» al objeto de convertir Adriano en «una auténtica gran vía de acceso al centro», con arbolado de gran porte, accesible y amable para peatones y usuarios de bicicleta.

En esta línea, el edil de la coalición ha recordado que el espacio dedicado al peatón en el actual diseño de la calle Adriano se reduce a un 25 por ciento de la misma, mientras que calzada y aparcamientos suman el 75 por ciento restante. «El espacio peatonal está claramente descompensado respecto al vehículo privado», ha apuntado Sánchez.

Ha reclamado que, «en cumplimiento de lo mandatado por el PGOU», el proyecto debe «reducir» la calzada a lo «estrictamente necesario» para la circulación; garantizar zonas de carga y descarga y aparcamiento para personas con movilidad reducida; así como «ampliar» el espacio público para peatones y uso de la bicicleta.