Hamburguesas bañadas en queso, con doble de carne e incluso con una exageración de ingredientes que no suelen estar entre dos panes. Esto que hoy se conoce como Food Porn no era tan habitual en 2016 cuando nació la empresa Toro Burger, una de las pioneras en España en este tipo de platos. Sus comienzos no fueron nada fáciles, pero hoy el éxito que acopian se traduce en 40 locales y 20 millones de euros de beneficios en un año.
Las mentes pensantes tras este caso de éxito son Dado Lima y Rafaela Petermann. Los brasileños disfrutaban de una vida acomodada en su país. Como reconoce a EL ESPAÑOL Lima, “teníamos una clase social alta”. Él era director en agencias de publicidad y Petermann trabajaba como biomédica en un hospital de Brasil. Sin embargo, pronto se dejaron seducir por la idea de mudarse a España a montar su propio negocio.
“Cuando nos llegó la propuesta de un amigo brasileño de dejarlo todo y mudarnos a un país del primer mundo, fundar nuestro negocio, ser nuestros propios jefes… eso nos sedujo muchísimo. Vinimos y todo eran maravillas”, cuenta Lima. Fue entonces cuando aterrizaron en Marbella y montaron juntos un local de hostelería al que llamaron Bar BQ en la calle de Jacinto Benavente, a escasa distancia de la playa y el puerto deportivo de la ciudad.
“El negocio iba muy bien hasta que se produjo una ruptura entre los socios. No fue amigable”, confiesa el brasileño. “Me enteré de que mi amigo me estaba robando desde el primer día y no tuve otra que denunciarle”, cuenta, así que “pasé por una situación muy difícil porque tuvimos que empezar de cero”. A los tres meses, aquel bar del corazón de Marbella echó el cierre. “Yo era su corazón, y al poco de dejarlo, cerró”, añade.
“Rafaela fue fundamental en este momento, porque era la persona que me daba fuerza. Sabía que volver a Brasil no era una opción”, recuerda Lima. Para venir a España vendieron muchas de sus pertenencias en su país, dejaron buenos puestos de trabajo e invirtieron mucho dinero en el negocio. Ahora no podían echarse atrás, el esfuerzo tenía que servir de algo, así que decidieron formar juntos un nuevo proyecto en la ciudad malagueña que adquirió el nombre de Toro Burger.
“La idea de Toro nació de esa necesidad de competir con mi propia creación. Competí con el propio restaurante que yo había creado. Nació con ese ADN revolucionario”, confiesa el CEO. En conversación telefónica con este periódico, recuerda unos comienzos complicados que se alargaron, al menos, durante cuatro años.
“Había días duros, pero nos apoyábamos, porque siempre sentimos que había que luchar”, cuenta Lima. Y es que, como señala, Marbella era una ciudad “muy rara” para la hostelería. A su parecer, entre tapas, bocadillos y pescados, la cultura de la hamburguesa no llegaba a encajar. Y menos con la filosofía que presentaban, con una exageración de ingredientes que intimidaba.
“En 2016, la cultura de hamburguesas potentes –Food Porn– estaba naciendo, así que sufrimos una resistencia en Marbella muy grande. La gente no se explicaba que pudiera costar 10 euros”, apunta el brasileño, pero “fue poco a poco”. Para Lima, el producto que tenían entre manos era único: “Sabía que lo que nosotros hacíamos era superdiferente y no podía tragar con que no triunfara”.
Dado y Rafaela capearon como pudieron el temporal. Sobre todo, cuando no entraban beneficios suficientes para invertir en la publicidad que necesitaba el negocio. Dado, que se había dedicado a ese sector en Brasil, sabía lo necesario qu era. Además, sentían que Marbella no era su sitio. “Marbella es una ciudad de verano y en invierno su población está compuesta por mayores y es complicado con la cultura de tapas, bocadillos y pescados, la hamburguesa no tenía mucho lugar ahí, pero aun así sabíamos que no podíamos tirar la toalla”, comenta el dueño de Toro Burger.
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El ‘milagro’ que les salvó
En el año 2019 España celebró la primera edición del Campeonato de España de Hamburguesas. Era una oportunidad inédita para estos brasileños. Necesitaban publicidad y esa era la ocasión perfecta para conseguirla.
Sin dudarlo ni un segundo presentaron Maya Burguer, una hamburguesa que, según las explicaciones que dio el restaurante en su día, se hace con pan brioche con el logo de Toro, Baconesa (mayonesa de bacon), carne con blend 100% vacuno (30% de grasa), cebolla caramelizada con azúcar moreno, doble bacon tostado, creamcheese casero, doble cheddar Président Profesional y el toque final con Estrella Galicia 1906. Con ella, ganaron el premio a la mejor cheeseburguer de España.
Más allá de los ingredientes, la hamburguesa galardonada guarda una historia especial y es que lleva el nombre de la primera hija de los empresarios brasileños. “Hoy en día, es una parte muy importante de su historia”, cuenta Lima. De hecho, en cada uno de sus locales cuelga una foto de los tres con una breve descripción de cómo crecieron, de cómo el restaurante “nació del amor entre dos personas enamoradas: Dado y Rafaela” y de ellos, el amor por las hamburguesas y, sobre todo, por Maya. En cuanto nació, Rafaela dejó el negocio y se dedicó a sus cuidados: “Es lo más importante de nuestra vida”, asegura Lima.
“Hemos dado muchísima publicidad al premio en las redes sociales. Con eso, el teléfono empezó a sonar. Los interesados empezaron a contactarnos y nació la primera franquicia en Puerto Banús, también en Marbella”, comenta. Después, abrieron un local en Madrid y, al final, los franquiciados, todos sin excepción, comenzaron a su vez a abrir más locales. También tienen un franquiciado con ocho locales que se dedican únicamente a las Dark Kitchen, al delivery.
“Al final resultó un proyecto rentable, aunque vivamos un momento del sector que está muy saturado”, cuenta Lima. Según comenta a este periódico, este año han llegado a los 40 locales, y aunque en el último año facturaron unos siete millones de euros, este año esperan que el beneficio aumente hasta, al menos, los 20 millones.
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El secreto de su éxito
En su carta no es extraño encontrar hamburguesas servidas en bañeras de queso, pan de colores, helado sabor a bacon o queso derretido con vapor de alcohol. Para Lima, es esa exageración del Food Porn la que les ha dado ese toque de originalidad.
“Está centrado en armonizar ingredientes de distintas cocinas del mundo”, cuenta su dueño. Desde hace ocho años, todas las hamburguesas tienen el nombre de una ciudad o de un punto turístico. “Es la excusa que tengo para jugar con los ingredientes culinarios de ese país y que además no suele ser normal encontrarlos en una hamburguesa”, apunta.
El brasileño reconoce que se sirven mucho de lo visual. “Al principio nos decían que era demasiado y que a nadie le iba a gustar”, pero confiesa que ahora se ha puesto de moda y llega a una generación de Instagram y TikTok que lo que quiere es tener contenido atractivo para subir a sus redes sociales.
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