La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, han emitido este jueves un comunicado conjunto en el que han anunciado que estrecharán su colaboración para enfrentar retos globales como el cambio climático, la transición digital o los altos niveles de deuda.
«El crecimiento de la economía mundial se ha ralentizado y las perspectivas a medio plazo son las más débiles en más de tres décadas. Los avances en la reducción de la pobreza se han detenido. Los conflictos y la fragilidad van en aumento», han afirmado. Este contexto provoca que «el mundo se enfrente a una fragmentación geoeconómica, desastres naturales extremos exacerbados por el cambio climático y niveles crecientes de deuda pública».
Para hacer frente a estos desafíos, será fundamental desarrollar «reformas bien diseñadas y en la secuencia adecuada» para que así «las transiciones digital y verde pueden generar enormes beneficios económicos, sociales y ambientales, y aumentar el bienestar y la prosperidad», valoran ambos organismos.
«Nos hemos comprometido a mejorar nuestra colaboración para ofrecer beneficios tangibles a las personas, las empresas y las instituciones de nuestros países miembros», han afirmado ambos, para lo que pondrán a disposición de los estados su «experiencia» así como «nuestra larga historia de acción conjunta y marcos de colaboración».
Por lo tanto, ambas instituciones «promoverán la complementariedad y las sinergias en sus trabajos relacionados con el clima», formalizando las reuniones periódicas del nuevo Grupo Asesor sobre el Clima del Banco y el Fondo, cuyo cometido es coordinar sus trabajos relacionados con el clima.
Respecto a la «vulnerabilidad de la deuda», ambos organismos comenzarán a incluir «consideraciones climáticas en nuestro trabajo en curso sobre la sostenibilidad» de la misma. A su vez, destacan que en el contexto actual del pasivo de los países en desarrollo, «se debe otorgar una renovada urgencia a intensificar la colaboración, desarrollar y aprovechar nuestras respectivas áreas de especialización».
Para ello, mejorarán su colaboración para «prevenir» una mayor acumulación del pasivo de los estados vulnerables. Asimismo ambas ayudarán a «fortalecer la gestión de la deuda y la transparencia y las finanzas públicas», profundizando «nuestro apoyo a los acreedores y deudores involucrados en una reestructuración de deuda».
El tercer reto clave será apoyar la transición digital de los países con menos ingresos, ya que en la actualidad «casi 3.000 millones de personas seguían desconectadas, la gran mayoría de las cuales viven» en estos estados. «Intensificaremos nuestro trabajo conjunto para ayudar a los países a aumentar la eficacia de los sistemas de recaudación de ingresos y gastos en los gobiernos y aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías digitales mientras mitigamos los riesgos», aseguran.
“El mundo puede y debe unirse para abordar los desafíos globales. El FMI y el Banco Mundial están comprometidos a ayudar a impulsar este esfuerzo común”, valoran finalmente.