Necesitamos un plan diplomático porque el contacto con otra civilización inteligente puede ser inminente, asegura John Gertz, un destacado científico y filántropo que ha dedicado gran parte de su vida y su fortuna a apoyar la investigación sobre el espacio y el tiempo, en un interesante ensayo considerado como «ejercicio mental» para estimular el debate y la reflexión sobre este tema.

¿Qué haríamos si un día recibimos una señal o una visita de una inteligencia alienígena? ¿Cómo nos comunicaríamos con ellos? ¿Qué consecuencias tendría para nuestra civilización y nuestro planeta?

Estas son algunas de las preguntas que se plantean los científicos y los aficionados al tema de la búsqueda de vida extraterrestre.

Una propuesta reciente sugiere que debemos prepararnos para la diplomacia con una civilización extraterrestre, en caso de que se produzca un primer contacto, que podría ser inminente.

Perfil apropiado

Esta propuesta es obra de John Gertz, un destacado científico (no activo) y filántropo que ha dedicado gran parte de su vida y fortuna a apoyar la investigación sobre el espacio y el tiempo.

Gertz es el fundador y ex presidente de la Fundación ZEIT, una organización sin fines de lucro que apoya la investigación científica y educativa sobre temas relacionados con el espacio y el tiempo.

Gertz es también el presidente de la Fundación para la Inversión en Investigación sobre Ciencia y Tecnología SETI, una organización que apoya el desarrollo de nuevos instrumentos y métodos para la búsqueda de vida inteligente fuera de la Tierra.

Además, fue el presidente de la junta directiva del Instituto SETI, una organización sin fines de lucro que realiza investigaciones científicas sobre el origen, la naturaleza y la distribución de la vida en el universo.

Gertz es un defensor del METI (Messaging Extraterrestrial Intelligence), una iniciativa que propone enviar señales intencionales a estrellas cercanas, en lugar de esperar pasivamente a recibir señales de otras civilizaciones.

Plan diplomático

Argumenta que debemos prepararnos para la posibilidad de que una sonda extraterrestre llegue a nuestro sistema solar y se comunique con nosotros. Para ello, propone crear un plan diplomático que defina nuestra respuesta y nuestras responsabilidades.

Gertz publicó su ensayo en el servidor de preimpresión arXiv, donde lo describió como un «ejercicio mental» para estimular el debate y la reflexión sobre este tema.

Su ensayo fue comentado por Evan Gough, un escritor y editor de Universe Today, un sitio web dedicado a la astronomía y la exploración espacial, donde resumió y analizó las ideas de Gertz.

Según Gertz, hay varias razones para pensar que es más probable que los alienígenas envíen sondas autónomas que exploren el espacio y se comuniquen con los planetas habitados que encuentren, en lugar de enviar señales continuas y potentes desde su planeta natal.

¿Hay sondas espaciales alienígenas esperando ser descubiertas? Reimund Bertrams en Pixabay.


¿Por qué sondas en vez de señales?

En primer lugar, porque las sondas son más eficientes y económicas que las señales, ya que pueden viajar más rápido y más lejos, recoger más información y adaptarse a las condiciones locales.

En segundo lugar, porque las sondas pueden ser más discretas y seguras que las señales, ya que pueden evitar ser detectadas o interceptadas por otras civilizaciones potencialmente hostiles o competitivas.

En tercer lugar, porque las sondas pueden ser más inteligentes y flexibles que las señales, ya que pueden tener capacidad de aprendizaje, decisión y negociación.

Ya estarían por aquí

Gertz cree que estas sondas podrían estar ya en nuestro sistema solar, esperando a ser detectadas o activadas. Por ejemplo, podrían estar ocultas en asteroides o cometas, o disfrazadas de objetos naturales. También podrían estar esperando a que cumplamos ciertos criterios tecnológicos o culturales para contactar con nosotros.

Gertz también aborda los riesgos potenciales de contactar con una civilización extraterrestre, como la posibilidad de que sean hostiles o superiores a nosotros. Sin embargo, él piensa que estos riesgos son exagerados o inevitables, y que debemos asumirlos con responsabilidad y optimismo.

Según él, los beneficios potenciales de contactar con una civilización extraterrestre son mayores que los riesgos, ya que podríamos aprender mucho de ellos, cooperar con ellos o incluso integrarnos en una comunidad galáctica.

Plan diplomático

Para prepararnos para este escenario, Gertz propone un plan diplomático que defina nuestra respuesta y nuestras responsabilidades en caso de que una sonda extraterrestre se comunique con nosotros.

Este plan debería incluir, en primer lugar, la identificación y el reconocimiento de la sonda como un representante legítimo de una civilización extraterrestre.

En segundo lugar, debería expresar asimismo la determinación y el respeto por nuestra parte de los derechos y los intereses de la sonda y de la civilización que la envió.

Comunicación y respeto

También debería establecer la comunicación y el intercambio de información con la sonda, utilizando un lenguaje común o un método de traducción.

El plan diplomático necesita contemplar asimismo la negociación y el acuerdo de las condiciones y los objetivos de la relación con la sonda y la civilización que la envió.

Por último, debería considerar la cooperación y la colaboración con la sonda y la civilización que la envió, en temas de interés mutuo o común.

Referencia

Interstellar Diplomacy. John Gertz. arXiv:2308.14917v1 [physics.pop-ph]. DOI:https://doi.org/10.48550/arXiv.2308.14917