Hace unos días se dio a conocer el informe que el Museo Arqueológico Nacional ha hecho sobre el estado de la Dama. El resultado es muy preocupante. Se sabía que no estaba en sus mejores condiciones, pero ahora se confirma su delicada situación.
Recuérdese que, con este informe el Ministerio de Cultura contesta a las reiteradas peticiones del Ayuntamiento para que la Dama volviera a Elx, aunque fuera sólo de forma temporal. En su última negativa, se alegaba que los informes desaconsejaban cualquier traslado. Al constatarse que estos eran los que existían antes de su última visita, en 2006, se denunció, por parte municipal, que si entonces se pudo efectuar, por qué no ahora.
Es cierto que el Ministro Miquel Iceta declaró que, con los informes técnicos en contra, él nunca autorizaría ningún traslado y que, en todo caso, se pediría un nuevo informe más actualizado y completo sobre la Dama para comprobar su estado, cosa que ha hecho. Ya entonces se oyeron preocupantes declaraciones municipales sobre que la decisión debía ser política, y no sólo técnica para cualquier traslado y que así lo había hecho Carmen Calvo, en su día. Es este un criterio legítimo, pero muy delicado en este tipo de cuestiones. Es cierto que, a cualquier alcalde, le apetece conseguir dicha visita. Políticamente es muy rentable. El actual, Pablo Ruz, ha llegado a plantear varias visitas periódicas a la ciudad cada pocos años, para que todos puedan verla aquí ahora y en el futuro. Difícilmente parece sostenible esa idea. El informe parece contundente y dudar de la calidad técnica del MAN, poco serio.
Es correcto pedir explicaciones al Ministerio, como así ha hecho el alcalde y hay que resaltar la rápida respuesta de Iceta para atenderle. Pero contra los informes, si están bien hechos y no hay que suponer lo contrario, no se debe anteponer el interés partidista. La Dama es demasiado importante para someterla a estos vaivenes políticos. Insistir en traslados temporales es una temeridad. Las cuestiones políticas no deben primar sobre los aspectos de conservación, y menos para trasiegos cada equis años o con cada nuevo alcalde que llega. Por muy atractivo que sea el tema y que, en muchos casos, ha servido para enmascarar la insuficiencia en otras actuaciones en el ámbito cultural, como históricamente ha pasado.
Y es ahí en donde tendría el Ayuntamiento que ponerse más las pilas. Hay cuestiones pendientes desde hace tiempo en el ámbito cultural y que se han visto eclipsadas por la permanente dedicación a reivindicar la Dama, que ha servido para disimular otras despreocupaciones. La reforma del MAHE es el mejor ejemplo. Poco más y se desmantela para poder ubicar allí una Dama que nunca hubo la más mínima garantía de que iba a venir.
Por no hablar de las Clarisas. Es casi un milagro que aquello aún esté de pie. Se presupuestó una partida de 300.000 euros para una actuación de urgencia y debe ser la menos urgente de la historia.
Igual pasa con el MACE. Es increíble que esté cerrado desde 2018 por unos problemas de humedades. Que en cinco años no consigan solucionarlo demuestra poco interés. Por no hablar de las Clarisas. Es casi un milagro que aquello aún esté de pie. Se presupuestó una partida de 300.000 euros para una actuación de urgencia y debe ser la menos urgente de la historia. Si acertada ha sido la decisión de evitar allí un hotel privado y buscarle un uso cultural, hay que insistir en esa vía. Mazón prometió un Museo de Arte Contemporáneo autonómico. Hay que recordárselo. Bien está ir a Madrid por lo de la Dama, pero también es necesario ir a Valencia a reclamar lo prometido. Igual que recordar que, en el presupuesto de la Generalitat, figura un Palacio de las Artes Escénicas en Jhayton. O el tema del nuevo Conservatorio. Etc.
«Por muy atractivo que sea el tema y que, en muchos casos, ha servido para enmascarar la insuficiencia en otras actuaciones en el ámbito cultural, como históricamente ha pasado».
En los temas culturales hay necesidades en Elx, aparte de la Dama, pendientes demasiado tiempo y que deben acometerse urgentemente. Hora es de prestarles más atención. Y las soluciones no dependen de Madrid, sino de mucho más cerca, de Valencia y otras del propio Ayuntamiento. Y no serían temporales, sino para siempre.