El petróleo se sitúa en niveles no vistos en casi un año. Tras las subidas de este martes, el crudo se ha vuelto a anotar ganancias este miércoles, que han llevado al Brent, de referencia en Europa, a sobrepasar los 90 dólares, nivel que superó ayer por primera vez desde noviembre del año pasado, y el barril de West Texas se ha ubicado en 87,73 dólares.
Las últimas subidas en el ‘oro negro’ se han producido después de que Arabia Saudí anunciara este martes su intención de prorrogar su recorte voluntario en la producción hasta finales de año. Esta reducción supone que el mayor productor de petróleo del mundo limitará la producción a 9 millones de barriles diarios en octubre, noviembre y diciembre, aunque se revisará mensualmente si se mantiene o se profundiza el recorte.
La decisión, tomada en junio y vigente desde el mes de julio, supuso el recorte de un millón de barriles diarios para tratar de estabilizar el precio del crudo tras varios meses de vaivenes.
A la decisión de Riad se suma el recorte de 1,66 millones por día acordado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), que se prolongará hasta finales de 2024. Los socios petroleros ratificaron esta decisión el pasado mes de agosto, al tiempo que alertaron de la adopción de «medidas adicionales en cualquier momento» si fueran necesarias, aunque no especificaron cuáles serían.
Por su parte, Rusia, otro de los grandes productores de petróleo, también ha avanzado que prolongará su recorte voluntario de 300.000 barriles por día de exportación hasta diciembre de 2023 y que revisará la medida mensualmente, según ha comunicado el Kremlin.
«Creo que esto demuestra el compromiso de los saudíes de mantener el equilibrio en el mercado del petróleo: se sienten bastante cómodos con estos recortes voluntarios de la producción por el momento y quieren que el mercado lo sepa», explica Neil Wilson, director de análisis de mercados de Markets.com.
Para este estratega, la decisión saudí «podría hacer que algunos de los cortos que han estado aguantando finalmente tiren la toalla, ya que la ruptura de la formación inferior ahora parece aún más saludable». De igual modo, Wilson cree que estos últimos acontecimientos han evidenciado «que la OPEP+ se mantiene unida y que hay escasez de barriles en el mercado físico, ya que se ha liquidado todo el aumento de las existencias de crudo de EE.UU. para 2023, y el último informe de la EIA muestra una demanda saludable».
De su lado, Kirstine Kundby-Nielsen, analista de Danske Bank, cree que los mercados y las economías, sobre todo los importadores de petróleo, «deberían consolarse con el hecho de que, al mantener su producción de petróleo a un nivel muy bajo, Arabia Saudí sólo ha conseguido aumentar los precios del petróleo hasta cierto punto«.
«Creemos que revela que la demanda es débil, por ejemplo, debido al escaso crecimiento en Europa y China, y que otros productores están ganando cuotas de mercado. Es probable que Estados Unidos produzca cantidades récord de crudo este año y están surgiendo nuevos productores, como Guyana. Además, el dólar vuelve a subir, lo que frena la demanda de petróleo fuera de Estados Unidos», reflexiona esta experta.
Asimismo, desde la firma escandinava dudan que el reino saudí recorte aún más la producción, pero ven más probable que «opte por prolongar los recortes hasta 2024». «Pero por las razones anteriores, dudamos que tenga un gran impacto en los precios del petróleo. Mantenemos nuestra previsión de que el Brent se sitúe en una media de 80 dólares por barril el próximo año«, concluye.
¿BRENT A 100 DÓLARES?
Edward Moya, analista sénior de mercados de OANDA, subraya que, debido a las perspectivas de demanda «dispares», los riesgos para el petróleo siguen siendo «alcistas». «La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) está observando plazos de entrega más cortos, lo que podría ser una buena señal de que la actividad económica está aumentando», subraya.
«Por el lado de la oferta, los precios se mantendrán en torno a los 90 dólares por barril, ya que la producción de los países no pertenecientes a la OPEP aumenta y compensa buena parte de los recortes de la OPEP. Pero si surgen cortes de suministro o aumentan las expectativas de un invierno frío, podríamos ver petróleo a 100 dólares con bastante facilidad«, añade.
Por su parte, Ipek Ozkardeskaya, analista sénior de Swissquote Bank, cree que lo que sorprendió a los inversores no fue la reducción en sí, sino que se haya extendido hasta finales de año. «La pregunta del millón ahora es: ¿vuelven a estar sobre la mesa los 100 dólares? No es seguro. El camino que podría llevar a los precios del crudo hacia esta marca psicológica será probablemente accidentado porque el encarecimiento de la energía ya ha empezado a reflejarse en la inflación y en las expectativas de inflación», señala esta experta.
En consecuencia, indica, los bancos centrales, incluida la Reserva Federal (Fed), «no tendrán más remedio que mantener sus políticas monetarias lo suficientemente restrictivas como para evitar un repunte de la inflación». «Eso podría significar nuevas subidas de tipos, o mantener los tipos en niveles restrictivos durante más tiempo, en cuyo caso, los precios del petróleo dan un giro de 180 grados y se abaratan debido a la recesión y a las preocupaciones por la demanda mundial», agrega.
«Y cuando la demanda mundial empiece a preocupar y los precios se abaraten, Arabia Saudí perderá dinero, teniendo en cuenta que el reino está asumiendo en solitario la estrategia de recorte de la oferta de la OPEP. Por ahora, las perspectivas de la demanda siguen siendo sólidas a pesar de la ralentización de China y el sufrimiento de Europa, pero si se debilitaran, Arabia Saudí podría cambiar fácilmente de opinión, y el reino tiene un historial de dar bruscos giros de 180 grados en su decisión cuando los vientos se vuelven en su contra«, sentencia Ozkardeskaya.