Los más mayores de Vila-real coparon ayer buena parte del protagonismo de la quinta jornada de las fiestas patronales de la Mare de Déu de Gràcia. Y es que la Festa de la Tercera Edat tuvo lugar este año en un espacio más céntrico que el habitual, pasando del Centre de Congressos, Fires i Trobades (fue el escenario de la cita durante los últimos años) a la avenida la Murà, un lugar que incrementa su atractivo como punto festivo.
La meteorología permitió que la celebración se desarrollase sin problemas, a diferencia de lo que ocurrió con el concurso y comida de paella de las peñas, que la lluvia obligó a suspender, aunque se repartieron los lotes entre los peñistas y la fiesta continuó después en sus respectivos casals.
El chef Santi Becerra y dos de sus habituales colaboradores fueron los encargados de elaborar la paella monumental de 1.600 plazas que se sirvió a los asistentes a la comida de la Festa de la Tercera Edad. Como ingredientes no faltaron los 160 kilos de arroz, 100 de pollo, 50 de conejo y una cantidad igual de costilla de cerdo, 100 de judías verdes y garrofó, 20 de pimiento rojo y unos 300 litros de agua, además de otros ingredientes básicos en una buena paella.
Baile y regalos
Tras la comida también hubo lugar para el baile, como no podía ser de otra manera, a la vez que se sortearon regalos en una iniciativa que, de nuevo, contó con la organización de la Junta de Festes y que con la habitual colaboración de Caixa Rural Vila-real.
Por su parte, y como es tradición, la reina de las fiestas del 2023, Gracia Gumbau, y las damas de su corte ejercieron de ejemplares camareras y sirvieron los platos de paella a los cientos de comensales de esta cita.
Por otra parte, en la iglesia arciprestal se celebró una nueva jornada de la novena que se dedica cada año a la patrona de Vila-real, la Mare de Déu de Gràcia.