Serbia vuelve a sentirse orgullosa de su selección de baloncesto. Tras más de un lustro sin resultados en las grandes competiciones, regresa en Manila a la semifinal de una Mundial y acaricia una plaza en los Juegos de París. Una victoria contundente sobre Lituania (68-87), una de las revelaciones del torneo, selló su clasificación. Sus jugadores lo celebraron en el centro de la cancha, coreando junto a sus aficionados el nombre de Borisa Simanic, el jugador del Casademont Zaragoza que tuvo que ser evacuado y ha perdido un riñón tras recibir un golpe fortuito en el partido contra Sudán del Sur.
«En la previa recibimos un mensaje de Simanic», explicó Bogdanovic en la sala de prensa. «Nos decía, estoy bien. Id a por ello. Eso nos dio una energía extra para jugar».
Bogdanovic, con 21 puntos, y Petrusev, con 17, fueron los protagonistas del triunfo de cuartos. Pero Svetislav Pesic ha sido el responsable conducirla de nuevo a las puertas del éxito. A sus 74 años, el técnico de Novi Sad sigue haciendo historia y callando la boca a sus críticos que argumentan que su libreto ya está anticuado. Por lo visto frente a Lituania, a la que desconectó por completo, está más vigente que nunca.
Lituania, que había cerrado la segunda fase del torneo con una sorprendente victoria frente a EEUU, se fue diluyendo hasta acabar por desparecer frente a un rival poderoso, que demostró que cuenta con muchos e importantes recursos, desde el perfil decisivo de Bogdan Bogdanovic, el jugador de Atlanta Hawks, pasando la seriedad defensiva de Milutinov, nuevo jugador del Olympiacos, hasta el descaro de Petrusev, recién fichado por los Sixers, que golpeó con fuerza desde el exterior. Serbia dominó todos los aspectos del juego. Fue más físico, estuvo inspirado en el triple (41%) pero arrolló en la pintura (48 de sus 87 puntos) y sumó 17 en contrataque.
Solo un cuarto
Solo aguantó el paso Lituania en el primer tiempo, dando la sensación de que podría competir el partido de la mano de Valanciunas, el jugador de los New Orleans Pelicans, del baskonista Sedekerskis y también del azulgrana Jokubaitis. Pero el 25-24 del primer cuarto fue solo un espejismo.
A partir de ese instante, solo hubo un equipo que fue agigantándose sobre la cancha con excelentes minutos de Bogdanovic, de los dos Jovic y de Petrusev y un buen trabajo colectivo de todos el banquillo. Mientras Lituania desaparecía por completo, sin lucir ninguna de las virtudes que lo han traído hasta cuartos.
Valanciunas, que llevaba siete puntos en el primer cuarto, solo sumó cuatro más en el resto del partido. Tampoco Sederkerskis y Jokubaitis consiguieron despertar, desconectados por la defensa de Serbia, que desde la plata del Eurobasket del 2017 no se asoma al podio de las grandes citas y que, en Madrid 2014, ya logró llegar disputar la final del Mundial frente a Estados Unidos.