El Barça tiene mejor plantilla esta temporada que la pasada. Sobre todo por la incorporación de Cancelo y Gündogan, dos jugadores contrastados que proceden ambos del City. La portería se mantiene igual con Ter Stegen e Iñaki Peña. En defensa se ha incorporado Iñigo Martínez, que se podría decir que ocupa la plaza de Eric o de Piqué, si se compara la plantilla de setiembre pasado. Y Cancelo sustituye a Bellerín o Dest o Alves. El resto son los mismos. La incorporación del Joao lateral permite al equipo subir un tono de calidad y de capacidad ofensiva. Desde hace tiempo se apuntala una posición que hasta ahora aparecía débil. La baja de Alba se puede notar en la peligrosidad en los últimos metros, pero Xavi ya apostó en su día por Balde y tiene a Marcos en la recámara, con la posibilidad también de actuar de central. Cancelo también puede ocupar la banda izquierda.

En el mediocampo, Busi sale y entra Romeu. Es posible que se pierda juego, pero se gana en fuerza defensiva y se libera más a De Jong. El cambio de Gündogan por Kessié mejora realmente la línea y el de Fermín por Pablo Torre, seguramente también. Es posible que seis jugadores sean pocos en el medio, pero se puede incorporar a Sergi Roberto con la llegada de Cancelo al lateral. Delante es donde se pierde más velocidad (Dembélé, Ansu y Abde) y gol. La aparición de Lamine Yamal, sin embargo, ha hecho olvidar de inicio a Ousmane ya que ha supuesto una auténtica explosión en LaLiga. Joao Félix cubre la cesión de Ansu y tiene calidad y muchas ganas. Mendes ha sido el mago que ha logrado que más o menos todos estén contentos.

Cinco jugadores solo delante, sin embargo, no son muchos, pero en enero se espera que llegue Vitor Roque. La sensación es que se ha hecho un buen trabajo desde la dirección deportiva. Parece que es una cuestión menor pero se han marchado los tres capitanes históricos, Piqué, Busquets y Alba, y es cierto que se ha perdido ese recurso de Xavi de hacer explotar el partido en la recta final colocando a la vez a Ansu, Ferran, Lamine y Abde con máxima verticalidad, descaro y pasión a raudales. Eso había ilusionado.