Los andaluces de Alfacar y los castellanoleoneses de Aguilar de Campoo disputaron la gran final de ‘El Grand Prix’, con Eduardo Casanova y Camela animando en sus respectivas gradas. Un programa decisivo que estuvo repleto de tensión y diversión durante toda la noche, pero que finalmente
Tras seis programas protagonizado por pueblos de la distinta geografía española, los palentinos y los granadinos demostraron en la gran final su merecido puesto en esta ajustada gran final. ‘El desafío de las gaviotas’ abrió la noche que alzó con la victoria al equipo de Aguilar de Campoo acumulando cuatro puntos, mientras que el equipo de Alfacar se hizo con solo dos puntos.
Los palentinos no dieron tregua y la segunda prueba también fue para ellos, a pesar de que la primera ronda de la misma había sido ganada por Alfacar. Los comodines fueron muy codiciados durante toda la noche, la prueba de ‘El perrito piloto’ hizo «ponerse las pilas» al equipo granadino y tomó la delantera con 11 puntos frente a los 7 de los de Castilla y León.
Tras la prueba de la ‘Patata caliente’, ambos equipos se encontraron empatados a 13 puntos. ‘Baloncesto en pañales’ no ha roto el desempate, ninguno de los dos pueblos ha logrado encestar ninguna canasta y, nuevamente, se han repartido los puntos empatando a 16 puntos.
La prueba de ‘Los pingüinos matemáticos’ rompió el empate alzando con la victoria a Aguilar de Campoo. Sin embargo, los puntos volvieron a coincirdir durante la prueba de ‘Los troncos locos’. La tensión entre ambos pueblos era cada vez mayo. Dichos nervios se palparon en la prueba de ‘Los bolos locos’ que posicionaron al pueblo andaluz por delante con 24 puntos frente a los 22 de Aguilar de Campoo.
Finalmente, el ‘Diccionario’ dictó sentencia. En las dos primeras rondas cada equipo falló una y acertó la otra, dejándolo todo para el final. Los palentinos hicieron los deberes acertando la pregunta final, pero los granadinos hicieron valer la ventaja con la que llegaban y se llevaron el premio tras acertar que ‘Refez’ significa «Barato, que vale poco».