La DANA anunciada por la Aemet acabó llegando con fuerza. Y aunque en algunos lugares de España provocó consecuencias catastróficas, en la ciudad de Madrid finalmente su impacto fue mucho menor a lo previsto. Algo que ha suscitado las quejas de un sector de la población, que considera que la agencia pecó de extremo alarmismo y erró en sus predicciones.
A esas críticas se sumaron algunos cargos públicos como Jorge Buxadé, vicepresidente primero de acción política de VOX, Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, o José Luis Martínez-Almeida, alcalde de la capital, que calificó la predicción de la agencia estatal como un «fallo» que podría afectar a «credibilidad» de las instituciones ante los ciudadanos. Por lo que pidió que los pronósticos se «afinaran» en el futuro.
Cuestionados desde este periódico, desde la Aemet han declinado responder ante las críticas. Pero se muestran convencidos de que «la formación de la DANA y la mayor parte de sus efectos se han modelizado bastante bien«. Aunque admiten que se equivocaron en algunas cosas.
Y ponen varios ejemplos. «Las precipitaciones en Cataluña se han quedado en el extremo sur y oeste a pesar de que se esperaba un poco más de extensión. Algún sistema aislado de precipitación ha sido más importante de lo esperado, como el de San José en Cádiz. Y la posición exacta de los trenes de precipitación y su variación con pocas horas de margen sigue siendo un tema pendiente. En todo caso, esto es materia de un estudio técnico en detalle», explicaron desde la agencia estatal.
Sin embargo, las críticas al trabajo de la Aemet parten de un profundo desconocimiento del sistema de predicción meteorológica, que está basado en cálculos científicos pero que, a pesar de que ha mejorado enormemente en los últimos años, sigue presentando limitaciones. Algo que, en este caso en concreto, se ha juntado además con un fenómeno como la DANA, que es especialmente complicado de predecir.
Las limitaciones de la predicción meteorológica
Hace unas semanas Rubén del Campo, portavoz de Aemet, explicó en El Independiente las claves de los modelos de predicción meteorológica. Y lo primero que destacó es que se suelen hacer sobre grandes territorios. Porque intentar concretar el tiempo exacto que hará en una localidad o, incluso, en un barrio específico es casi imposible.
En segundo lugar, es importante entender que la predicción del tiempo está basada en probabilidades (un método científico, pero que no es exacto). Y la probabilidad, en porcentajes. Lo que quiere decir que cuando vemos el icono de un sol, de nubes o de lluvia en nuestra ciudad no significa que vaya a suceder eso al 100%, sino que es lo más probable que suceda.
Lo ilustra Del Campo: «Metemos 50 datos atmosféricos en un súper ordenador, para tener una representación más completa de la situación de la atmósfera. Y como resultado, el ordenador nos devuelve 50 predicciones meteorológicas diferentes. Si de todas ellas en 25 nos dice que llueve en Madrid, significa que hay un 50% de probabilidades de que llueva en la capital. Si nos pone que sólo lloverá en 5 casos de los 50 posibles, la predicción de lluvia será del 10%».
De tal manera que si la probabilidad de lluvia en una ciudad es de un 60% y finalmente no llueve no quiere decir que Aemet halla errado en su pronóstico, porque había un 40% de probabilidades de que no lloviera. Por eso es importante fijarse en los porcentajes. «Por desgracia la ciencia meteorológica no es exacta y nunca puede asegurar el tiempo que habrá«, detalló del Campo.
Las dificultades de predecir una DANA
Pero como se explicaba anteriormente, estas limitaciones se han juntado en este caso con un fenómeno especialmente complicado. «Las críticas a Aemet de ciertos responsables políticos muestran el desconocimiento de cómo funcionan las DANA. Y una de las principales tareas que tenemos por delante los comunicadores meteorológicos es explicar por qué resulta tan complejo predecir sus efectos», sostiene Samuel Biener, experto de Meteored.
Según explica Biener, las DANA están asociadas a trenes convectivos o tormentas de carácter muy irregular y bastante locales. Lo que significa que pueden descargar grandes trombas de agua en lugares concretos mientras que en otros sitios muy cercanos «prácticamente que ni se enteren» de las lluvias.
Esto se explica porque las precipitaciones se organizan en franjas muy estrechas que pueden acabar acumulando mucha agua en zonas específicas. Lo que significa que cualquier mínima variación de la trayectoria de la DANA provoque que el grueso de las precipitaciones se traslade unos kilómetros en cualquier dirección, o empiece antes o después de lo previsto.
Aún así, Biener asegura que los modelos de predicción de las DANA han dado «un gran salto» en los últimos años. Y es que asegura que estas predicciones, aunque siguen presentando limitaciones, hace 10 o 15 años eran directamente «impensables».
La opinión de los expertos
«En mi opinión los avisos de Aemet estuvieron muy bien realizados, al igual que las alertas de protección civil. Si no se hubieran emitido habría muerto más gente. De hecho, gracias a los avisos de Aemet en los últimos años se han evitado numerosas pérdidas humanas, porque antes estos episodios dejaban más muertos y ahora la mayoría de los que se producen es debido a imprudencias», asegura Biener.
Según explica, los avisos se emiten teniendo en cuenta ciertos umbrales de precipitaciones (en Madrid son 120 litros en 12 horas). Pero no se producen por municipios, sino por demarcaciones territoriales. Y Madrid capital pertenece a la mitad sur de la Comunidad, que fue la zona que más lluvias recibió (en algunas localidades hasta 200 litros).
«Madrid ciudad se libró por 20 kilómetros. Pero los días anteriores los modelos señalaban que los mínimos cambios en la posición de la DANA podrían afectar a otras zonas. Si la DANA hubiera afectado de lleno a Madrid estaríamos hablando de un caos y un desastre absoluto. Una nueva Filomena en forma de trombas de agua. Así que se hizo todo correctamente», afirma Biener.
Por todo ello, el experto de Meteored tiene claro su postura: «Queremos felicitar, dar la enhorabuena y nuestro apoyo a Aemet. Creemos que la predicción ha estado muy acertada. Y el sistema de notificación por alerta, aunque puede mejorarse, es una excelente idea que nos pone a la vanguardia de países como Japón o EEUU. Estamos en el buen camino».
En la misma línea apunta Pedro Dorta, director de la cátedra de reducción del riesgo de desastres y profesor titular de geografía física de la Universidad de La Laguna (Tenerife): «La predicción ha sido muy buena. No ha fallado, porque se hace para un territorio relativamente extenso y como se ha visto ha habido problemas serios. Pero afortunadamente ese volumen de precipitaciones no se dio en la ciudad de Madrid».
Dorta considera que los problemas que se han dado en Madrid tienen más que ver con la ordenación del territorio y de los recursos que con una mala predicción meteorológica. Y pone como ejemplos las inundaciones que se vieron en el metro y en las casas o los problemas que han sufrido los trenes. Una falta de adaptación que, considera, de no corregirse sólo provocará más problemas en el futuro, impulsada también por los efectos del cambio climático.
«Están echando balones fuera. No se puede evitar que llueva, pero sí sus efectos«, sostiene Dorta. «Lo peor que podemos hacer es politizar la ciencia y ya lo están haciendo. Un bando opina de una manera y otro de otra. Pero la predicción es una ciencia basada en modelos muy complejos. Y la ciencia es objetiva. Por eso el grado de acierto de Aemet y de los servicios meteorológicos es altísimo. Así que no creo que ayude en nada este tipo de afirmaciones a un correcta gestión de la protección civil», concluye el experto.