Hace bien Baraja mordiéndose la lengua, no tirando leña al fuego y pidiendo un «algo de estabilidad» para intentar sacar el máximo rendimiento de sus chicos. No le queda otra. Montar un incendio sería contraproducente para su joven grupo de jugadores. El Pipo acierta. Era eso o dimitir y lo último nunca lo valoró. Es demasiado valencianista como para hacerlo. Por su cabeza solo pasa tirar adelante con lo que tiene.

Los lectores de SUPER apuntan a la delantera como la posición de mayor riesgo y no les falta razón. Hugo Duro y Yaremchuk, a la espera del lesionado Alberto Marí, es peligrosamente poco. Por fuera llegarán también problemas. Diego, Canós y Fran están comprometidos y tienen ganas de comerse el mundo, pero en la banda faltan efectivos y experiencia en primera. Que nadie se eche las manos a la cabeza cuando el entrenador, como sucedió en Vitoria, apuesta por el doble lateral. No es que sea una solución táctica. Es que no tiene más. Son las secuelas del peor mercado de la historia.