Septiembre es el verdadero enero. Es el mes en el que todo vuelve a su ser después del descanso estival. Y en el Ayuntamiento de Zaragoza ya tocaba. Natalia Chueca tomó las riendas del consistorio el 17 de junio y desde entonces, elecciones generales mediante, la actividad política en la casa de todos los zaragozanos ha marchado a medio gas. Pero ahora sí que sí toca remangarse. El mandato 2023-2027 acaba de comenzar y lo va a hacer con un hito que marcará la próxima década: la resolución del concurso que determinará quién se hace con la construcción y la gestión de la nueva Romareda.

El 15 de septiembre es el día límite para poder presentar ofertas al concurso público, una vez que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón avalara la petición de medidas cautelares solicitadas por el Gobierno de Chueca para dejar sin efecto la resolución del Tribunal Administrativo de Contratos (TACPA) que anuló los pliegos de la operación Romareda. Entonces se sabrá si, además del Real Zaragoza, hay más interesados en construir el nuevo campo de fútbol que deberá llevar a la ciudad a ser sede del Mundial de Fútbol de 2030. Siempre que la FIFA se decante por la candidatura de España, Portugal y Marruecos antes que por la que conforman Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay.

Con todo, el futuro de la nueva Romareda parece despejado. Aunque el TSJA tenga que resolver todavía y ya de forma definitiva la cuestión de la legalidad de los pliegos, el Tribunal dejó claro en su primer auto que, «de forma apriorística», el ayuntamiento que dirigen los populares lleva la razón y que el concurso cumple con la ley.

El PP ocupa ahora también la presidencia del Gobierno de Aragón, por lo que la guerra entre el Ejecutivo autonómico, antes en manos del PSOE, y el consistorio de la capital aragonesa por el asunto del estadio se da ya por finiquitada.

Así que Chueca pronto podrá apuntarse el primer tanto como regidora de la ciudad. Y aunque fue Jorge Azcón como alcalde quien impulsó la operación Romareda (la cuarta en 20 años), el ahora presidente del Gobierno de Aragón no pudo rematar la faena, en parte por el retraso que el covid provocó en los planes del entonces primer edil.

Chueca, en un acto institucional con la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, y la de Teruel, Emma Buj. el periódico


Y seguro, sabiendo cómo maneja la alcaldesa las redes sociales y la comunicación, que este tanto no será flor de un día. Si las obras llegan a empezar tendremos Romareda para rato. Será el gran asunto del que el Gobierno del PP podrá jactarse y las fotos con el estadio a medio construir darán para un álbum más extenso que el de la boda de Tamara Falcó.

Hasta ahora, el papel que ha asumido Chueca como alcaldesa ha sido muy institucional. La nueva regidora, que entró en política hace tan solo cuatro años, se ha estado reuniendo con los responsables y representantes de las principales instituciones y organizaciones de Aragón, así como con personalidades como la campeona del mundo Salma Paralluelo o el ganador de Masterchef 11, Eneko Fernández.

Los retos y promesas por cumplir

Pero por el momento, pocos han sido los anuncios de Chueca como alcaldesa. Uno de los más relevantes, sin duda, ha sido la prórroga del contrato a Avanza como gestora del servicio de autobuses urbanos de la ciudad, una decisión que no ha gustado a la oposición y por la que Vox pedirá una comparecencia en la próxima comisión de Movilidad.

Y es que el transporte público será sin duda otro de los puntos de fricción del mandato. Es leña con la que alimentar la polémica para la oposición y por parte de los zaragozanos es visto como uno de los principales servicios que mejorar en la ciudad. Con el portazo del PP a la construcción de la segunda línea del tranvía, las apuestas por mejorar la movilidad en Zaragoza pasarán por la reordenación de las líneas de bus (un asunto que siempre genera quejas entre los usuarios) y por la implantación del nuevo sistema de bicis públicas que sustituirá al actual, el Bizi.

Por lo demás, Chueca ha anunciado ya que sus políticas al frente de la ciudad serán continuistas con respecto a las impulsadas por Jorge Azcón. Así cabe esperar nuevas reformas de plazas y calles, algunas ya anunciadas como la segunda fase de la avenida Navarra, la avenida Valencia, Coso, Manifestación y otras que tardarán más en llegar pero que están bajo el punto de mira de la alcaldesa, como el paseo Pamplona.

En los próximos cuatro años deben ver la luz o por lo menos sentarse las bases de importantes proyectos anunciados, como la construcción de la Ciudad del Deporte y de las piscinas de La Almozara y Valdespartera, la reforma de las riberas del Huerva, la puesta en marcha de una refinería que ayude a reciclar el 100% de los residuos de la ciudad, la ampliación del parque de Torre Ramona (anunciada en febrero de 2022) o la vuelta a la vida de la antigua fábrica de Giesa. Por no hablar del anunciado nuevo WiZink Center que Azcón publicitó antes de marcharse, que iba a ocupar unos terrenos en El Portillo, que se iba a licitar en verano, y del que nada se sabe. Otro reto será la intervención ya definitiva en Zamoray-Pignatelli tras haber comprado numerosos solares en los que construir vivienda.

La oposición se reagrupa

La oposición también tiene deberes para este mandato y la composición del nuevo Gobierno de Aragón traerá cambios en la manera de comportarse de los grupos municipales del PSOE, Vox y ZeC.

Los socialistas, con Lola Ranera al frente, andan estos días armando la estrategia de cara al próximo año. Ya sin Lambán en el Pignatelli, el grupo municipal del PSOE pierde el apoyo del Ejecutivo autonómico pero queda con las manos desatadas para atacar al PP sin tener que enfrentarse a las contradicciones que conlleva estar en el Gobierno.

Ranera ha afirmado en este inicio de curso que su intención es propositiva y constructiva y se han ofrecido ya para pactar las ordenanzas fiscales y dejar fuera de la ecuación a Vox. Y es que Chueca se ha quedado a un concejal de la mayoría absoluta, por lo que necesitará de los votos de algún grupo de la oposición para sacar adelante sus iniciativas.

Y con Vox en el Gobierno de Aragón de la mano de Azcón, serán los ultras quienes seguramente sigan ocupando ese puesto de socio preferente de los populares en el Ayuntamiento de Zaragoza. Y si bien el PSOE lo tiene ahora más fácil para atacar a los populares al no tener poder a nivel autonómico, a los de Abascal les pasará lo contrario.

Calvo, de Vox, en su primera reunión con la alcaldesa Chueca. | JAIME GALINDO


El portavoz de la formación en Zaragoza, Julio Calvo, ha querido desde el inicio del mandato distanciarse del PP. En los cuatro años en los que gobernó Azcón la ciudad, Vox siempre estuvo ahí para aprobar los presupuestos. Cada año amenazaban con que sus exigencias serían mayores. Pero nunca fallaron al equipo de PP y Cs cuando lo necesitaron.

Quizá para alejarse de esa imagen de muleta del PP –y también para ganar identidad frente a los populares– el grupo municipal de Vox ha decidido sentarse este año en el pleno en la bancada de la izquierda, junto con el PSOE y ZeC, y no en la derecha con los populares, como ocurrió en el mandato anterior. Esto, por cierto, ha obligado a las brigadas municipales a hacer una obra para ampliar el espacio disponible en la mesa.

Desconfianza por parte de ZeC

Con este gesto simbólico, la ultraderecha quiso demostrar que son oposición. Que Chueca se lo tendrá que trabajar si quiere los votos de la formación que lidera Abascal. Pero una vez que Vox ha entrado, junto con el PP, en el Gobierno de Aragón, puede que la estrategia de chico malo de Calvo se debilite y que su fuerza negociadora se vea mermada. No obstante, ya han preparado una batería de preguntas, mociones y comparecencias de cara a las comisiones y el pleno de septiembre para demostrar que no van a ser un aliado dócil.

Y por último está ZeC. Con la marcha de los tres pesos pesados de la plataforma –Pedro Santisteve, Luisa Broto y Alberto Cubero–, Elena Tomás y Suso Domínguez tienen la misión de representar a la izquierda a la izquierda del PSOE. Su llegada al consistorio ha estado marcada por la desconfianza después de que les quisieran dejar con solo dos trabajadores en el grupo municipal. El PP les apretó y el PSOE no les ayudó. Así que por el momento parece que los de Zaragoza en Común vagarán sin ayuda ni aliados en el mar de la oposición tratando de conseguir, ante la actitud a veces tímida del PSOE, en convertirse en el adalid de la lucha contra las derechas, como ya consiguió por momentos Cubero ante el reconocimiento del propio Azcón.

19 de los 31 ediles se estrenan como representantes en la nueva corporación

El curso político en el Ayuntamiento de Zaragoza llega cargado de novedades. Hay nueva alcaldesa, Natalia Chueca, la segunda mujer en la historia de la ciudad después de la también popular Luisa Fernanda Rudi, pero también hay muchos otros concejales que se estrenan en el cargo. En concreto, 19 de los 31 ediles que conforman el pleno no formaban parte de la corporación pasada, más de la mitad.

En el PP entran nuevos con respecto al mandato anterior Blanca Solans, Tatiana Gaudés, Marian Orós, Félix Brocate, Carlos Gimeno, José Miguel Rodrigo, Pilar Cortés, Miguel Ángel García Muro y Ruth Bravo. No obstante, algunos ya fueron concejales en el pasado, como Orós, y otros trabajaban para el Gobierno municipal de Azcón como asesores, como Brocate. En las filas socialistas se estrenan Francisco José Galán, Eva Cerdán (quien era la presidenta de Interpeñas), Marta Aparicio (también había sido ya concejala en el pasado), José María Giral (exjefe de gabinete de Javier Lambán) y Guillermo Ortiz. En Vox solo repite el portavoz, Julio Calvo, y le acompañan por primera vez como ediles Eva Torres, Armando Martínez y David Flores. En ZeC, por último, los dos concejales de la formación en el pleno se estrenan como representantes públicos: Elena Tomás y Suso Domínguez.

En cuanto a la paridad, la nueva corporación está formada por 16 hombres y 15 mujeres, por lo que se roza el 50% de presencia femenina.