Carlos Sainz ya puede empezar a impartir clases de defensa. A primera hora de la tarde, dio una exhibición de defensa en pista al volante de su Ferrari en la F1, en pleno GP de Italia, primero intentando retener a Verstappen durante 15 vueltas con un coche inferior al del neerlandés y defendiendo el podio ante su compañero Leclerc en las vueltas finales. Y después, a última hora, por su defensa personal. Tras el gran podio logrado ante los ‘tifosi‘, el español se dirigía en coche a su hotel de Milán, el Hotel Armani, en pleno centro de la ciudad lombarda. Ahí, tres ladrones que actuaban de forma premeditada y estudiada sorprendieron a Carlos y a su mánager y primo, Carlos Oñoro ‘Caco’, quitándole el reloj de la muñeca al piloto y robándole así una pieza que supera los 300.000 euros de valor: un Richard Mille modelo Alexander Zverev.
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Acto seguido, Carlos Sainz pasó a la acción. El madrileño no lo dudó y empezó a perseguir a uno de los atracadores por las calles de Milán tras abandonar su coche, persecución a la que se unieron dos ciudadanos. Carlos, un ‘toro’ en lo físico, pudo cazar a ese individuo junto a la ayuda de esos transeúntes y los movilizó, según apunta la policía italiana. El piloto llamó a la policía y los entregó para que se fueran detenidos a comisaría.
Por su parte, la policia asegura que el mánager del piloto, Carlos Oñoro, persiguió a otro de los tres asaltantes por otra calle y también pudo detenerlo. Y finalmente, el tercero fue detenido por otro transeúnte.
Tras lo ocurrido, el de Ferrari, ya de nuevo con su reloj de más de 300.000 euros recuperado y tras un buen susto, regresó a su hotel. No le pudieron birlar el podio en pista. Y fuera de ella, tampoco el reloj.
Carlos Sainz, piloto de día y superhéroe de noche. El español bien se mereció el apodo de ‘Ministro de Defensa’ que le puso un periodista en la rueda de prensa posterior al podio, algo que despertó las carcajadas de Verstappen, Pérez y el propio Carlos. De momento, empezó por capturar a dos ladrones tras mantener su podio bajo el brazo en pista, que no está nada mal.
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