La ira es la emoción más fuerte y mejor relacionada con el activismo climático, mientras que otras emociones como el miedo, la esperanza, la tristeza o la culpa, tienen efectos más débiles o mixtos para conseguir la movilización ciudadana. La angustia también está en la ecuación.

La ira es una emoción que se caracteriza por una sensación de indignación, rechazo o protesta ante una situación percibida como injusta, amenazante o dañina. La ira puede tener efectos positivos o negativos, dependiendo de cómo se exprese y se canalice.

En el contexto del cambio climático, la ira puede ser una fuerza motivadora para impulsar la acción climática, es decir, el conjunto de acciones individuales o colectivas que buscan mitigar o adaptarse al cambio climático y sus consecuencias.

La ira, recurso climático

Un nuevo estudio ha investigado cómo la ira influye en la acción climática, y cómo esta influencia depende del contenido de la ira, es decir, de los motivos y los agentes responsables que la provocan.

El estudio, publicado en la revista Global Environmental Change, se basó en una encuesta realizada a 2.046 adultos noruegos, que expresaron sus emociones y sus intenciones de participar en diferentes formas de activismo, apoyo a políticas y comportamiento individual para mitigar el cambio climático.

El estudio descubrió que la ira era la emoción más fuerte y mejor relacionada con el activismo, mientras que otras emociones como el miedo, la esperanza, la tristeza o la culpa, tenían efectos más débiles o mixtos.

Cuatro razones para la ira

El estudio también analizó el contenido de la ira, y descubrió que había cuatro tipos principales de ira relacionada con el cambio climático:

Ira por las consecuencias: se refiere a la ira provocada por los efectos negativos del cambio climático sobre el medio ambiente, la sociedad y el bienestar humano.

Ira por la inacción: se refiere a la ira provocada por la falta de medidas adecuadas para enfrentar el cambio climático por parte de los gobiernos, las empresas y la sociedad en general.

Ira por la injusticia: se refiere a la ira provocada por la distribución desigual de las causas y las consecuencias del cambio climático entre los países ricos y pobres, y entre las generaciones presentes y futuras.

Ira por la responsabilidad: se refiere a la ira provocada por el reconocimiento de la propia contribución al cambio climático y la necesidad de asumir las consecuencias.

Efectos diferentes

El estudio constató que cada tipo de ira tenía un efecto diferente sobre la acción climática. La ira por las consecuencias y la ira por la inacción eran las más fuertes y las más asociadas con el activismo y el apoyo a políticas.

La ira por la injusticia también tenía un efecto positivo sobre el activismo, pero no sobre el apoyo a políticas. La ira por la responsabilidad tenía un efecto negativo sobre el activismo y el apoyo a políticas, pero un efecto positivo sobre el comportamiento individual.

El estudio concluye que tanto la intensidad como el contenido de la ira son relevantes para entender y fomentar la acción climática. También sugiere que para movilizar a las personas a favor del clima, se debería estimular la ira por las consecuencias, la inacción y la injusticia, y al mismo tiempo reducir la ira por la responsabilidad.

El estudio también recomienda que se debiera facilitar la expresión constructiva de la ira, mediante el diálogo, la educación y el empoderamiento.

El estudio contribuye al debate sobre las emociones y el cambio climático, y ofrece pistas para diseñar estrategias de comunicación y movilización eficaces para enfrentar uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo.

Otra perspectiva

Sin embargo, no ha sido el único estudio que ha analizado las emociones con el activismo climático.

Otra investigación realizada por un equipo del Imperial College London y de la Universidad de Queensland descubrió, encuestando a jóvenes británicos, que la angustia por el cambio climático causa muchas emociones negativas, pero que también puede motivarlos a tomar acciones positivas para el medio ambiente. Los resultados de este trabajo se publican en PLOS Global Public Health.

También la angustia

Alrededor del 10% de los encuestados en esta segunda investigación informaron que estaban muy angustiados y preocupados por cómo el cambio climático afectaría su futuro con más frecuencia que cualquier otro tema.

Aunque pocos de ellos habían experimentado climas extremos, informaron estar molestos por la degradación ambiental de los lugares que les importaban, así como frustración por la falta de acción sobre el cambio climático, por la falta de atención personal, preocupación por su futuro y sentimientos de culpa y vergüenza por todo lo que está pasando.

Referencias

The strength and content of climate anger. Thea Gregerse et al. Global Environmental Change, Volume 82, September 2023, 102738. DOI:https://doi.org/10.1016/j.gloenvcha.2023.102738

Psycho-social factors associated with climate distress, hope and behavioural intentions in young UK residents. Ans Vercammen et al. August 23, 2023. DOI :https://doi.org/10.1371/journal.pgph.0001938