España cedió estre domingo su corona. Lo hizo frente a una estrella de la NBA, Shai Gilgeous-Alexander, que salió al rescate de Canadá, cuando su equipo estaba contra las cuerdas y entraba en los últimos cuatro minutos con todo en contra (78-71). Catorce de los 17 últimos puntos de su equipo fueron suyos en ese tramo final, con el jugador de los Oklahoma City Thunder decidido a cambiar la suerte del partido, que parecía sonreír a España.
Al final la selección tuvo que rendirse ante su exhibición (30 puntos), pero se lo dejó todo en la pista. Peleó el partido y lo dominó durante tres cuartas partes con una gran imagen colectiva y una actuación sobresaliente de Willy Hernangómez, sobre todo en el primer tiempo (25 puntos y 6 rebotes) y de Santi Aldama (20 puntos, con cuatro triples). Pero eso no bastó y la eliminación la aleja de unos cuartos de final por primera vez en 29 puntos, desde el Mundial de Toronto en 1994. Así de brillante ha sido la trayectoria del equipo español en todo este tiempo.
Nervios y dureza
España llevó la iniciativa en el primer cuarto, con el joven Juan Núñez de nuevo a los mandos, apenas utilizado frente a Letonia. Movió bien el balón y encontró espacios para el lanzamiento, y también para un intenso Willy Hernangómez dentro de la zona. Canadá desplegó su velocidad y buscó las acciones de Shai Gilgeous-Alexander para sostenerse en el marcador, que llegó a contar con algún margen mínimo para España (16-10), pero acabó equilibrado al final del periodo (21-21).
Los nervios y la presión por la trascendencia del resultado se hicieron evidentes, de entrada, en muchas acciones, en pérdidas no forzadas y en una encarnizada pelea por cada balón. El partido no tardó en endurecerse, sobre todo por la presencia de un jugador polémico como Dillon Brooks, excompañero de Aldama en los Grizzlies y fichado por los Rockets para la próxima temporada, que siempre lleva su juego al límite.
España, mucho más reconocible que el día de Letonia, sostuvo el ritmo, sobre todo ofensivo, con las acciones de Aldama, y le costó más rendir en defensa, aunque puso la máxima concentración, frente a un rival que juega con cinco jugadores abiertos, capaces de armar el tiro con rapidez y penetrar, especialmente Gilgeous-Alexander y Barrett.
La vuelta a la cancha de Willy volvió a convertirse en un enorme dolor de cabeza para Canadá, porque el pívot madrileño se mostró muy inspirado en sus acciones de continuación hacia el aro, claramente superior en sus emparejamientos con Powell y Olyknyk, a los que desbordó físicamente. Pero además encontró el apoyo exterior de Abrines, que se fue a 11 puntos al descanso, que tomó el relevo de un Juancho nada inspirado.
Un triple del mallorquín, precisamente, y una falta antideportiva de Brooks sobre Willy, en la que este transformó los dos tiros libres y después anotó canasta, abrieron un margen inesperado a favor de la selección (40-33), que llevó los primeros nervios al cuadro norteamericano, que empezó a acelerar sus acciones y a buscar el triple como alternativa para recortar diferencias, aunque sin eficacia, lo que dejó a España al frente en el descanso (48-38).
En ese escenario, Canadá optó por llevar el encuentro a un terreno aún más físico en la reanudación con la vuelta de Brooks, pese a sus tres faltas, y una presión en toda la cancha. Contra toda lógica, los árbitros empezaron a penalizar a la selección con algunas acciones más que discutibles, un par de faltas en ataque de Núñez y Willy, una técnica a Scariolo por protestar las decisiones, que le dieron la vida a la selección americana. Eso les ayudó para firmar un parcial de 4-16 en cinco minutos a su favor, con el que cambiaron por completo la dinámica (52-55).
Protagonismo de Aldama
España tuvo que apretar los dientes para no perder la compostura. Desde la eficacia defensiva creció también el equipo de Scariolo, con un par de robos en defensa. Un triple de Rudy y dos canastas de Brizuela fueron el arranque de una furiosa reacción de la selección en la que el Aldama, con dos triples y un mate espectacular, emergió con un factor diferencial durantes unos minutos, volviendo a disparar a la selección (73-61).
El partido entró en un escenario de máxima tensión en el último periodo, con Canadá poniéndose en manos de Brooks, y los árbitros juzgando con demasiada ligereza la intensidad de sus acciones, alguna, como un codazo a Aldama, con pinta de antideportiva. Cinco minutos tardó en sumar la primera canasta la selección. Canadá también se espesó en ataque y cada canasta pasó a convertirse en una conquista (78-81, m. 36).
Pero Gilgeous-Alexander vino a dar luz a equipo con14 puntos en esos cuatro últimos minutos, haciendo inútil el esfuerzo de España para que no se le escapara, aunque su condena se empezó a escribir en la derrota de Letonia.