Sin perder de vista la variedad de frentes abiertos que ha puesto en su camino la actualidad y bajo la alargada resaca de las elecciones generales, Pedro Sánchez abordó en Málaga la apertura del curso político del PSOE. Lo hizo con el convencimiento de que el candidato del PP a la presidencia del Gobierno de España, Alberto Núñez Feijóo, «quiere ganar tiempo con su investidura fake para seguir al frente del PP».

«La investidura fake de Feijóo es un camino a ninguna parte, lo saben los que lo votaron y los que no; le está haciendo perder un tiempo precioso a España solo para él ganar tiempo al frente del PP», insistió.

El líder del PSOE apeló a la necesidad de que, «cuanto antes mejor», el Gobierno progresista pueda continuar otra legislatura.

«No queremos que el país pierda tiempo, obtuvimos un millón de votos más el 23 de julio y los vamos a depositar para seguir otros cuatro años con un Gobierno de avance; nosotros no ofrecemos dos años, sino cuatro de legislatura», añadió con un claro guiño a la oferta de un Gobierno de dos años del PP que Feijóo le hizo esta misma semana en la infructuosa reunión entre ambos.

Asimismo, le pidió al PP «que no apelen al transfuguismo porque eso es indigno, corrupción y poner en riesgo el resultado de las urnas». En esta línea, recalcó que Feijóo hace las cuentas de que está a cuatro escaños de la mayoría absoluta «con Vox dentro». «Mientras antes se haga el cambio con la realidad emanada de las urnas el 23 de julio, mejor, porque mintieron durante estos cuatro años en la oposición y en la campaña», enfatizó.

Euforia

Después de que los gritos de ‘Pedro, presidente’ retrasaran el inicio de su discurso, Sánchez se pronunció en los siguientes términos: «Venimos de cuatro años en los que lo tuvimos todo en contra pero se les olvidó que teníamos a la sociedad española a nuestro favor, por eso le digo a la derecha socioeconómica que está cerca del PP que la España progresista existe y merece estar representada».

Y, enseguida, sacó a colación el reciente pacto del PP y Vox en Murcia y lo usó como punto de partida de su reflexión: «Después de verles la cara tras el 23 de julio, nadie duda de que hoy el Gobierno en España si estuvieran el PP y Vox sería el mismo gobierno que el de los ayuntamientos y comunidades en las que tienen mayoría absoluta, pero el problema de la derecha, de Feijóo y Abascal, es que no suman».

A juicio de Sánchez, los populares «saben que la de Feijóo es una investidura de cartón piedra y por eso se inventan excusas, dicen que no somos un partido de Estado ni constitucionalista pero ellos bloquean la renovación del Consejo General del Poder Judicial». «Desde Málaga les vuelvo a tender la mano para que la hagamos antes de Navidad, sea quien sea el presidente de España que salga de la investidura», reiteró.

Sánchez también profundizó en materia de igualdad y puso ejemplos de cómo el PP está reaccionando a las imposiciones de Vox allí dónde gobiernan juntos o en algún momento necesitó su apoyo. El líder socialistas criticó que «la presidenta de las Cortes valencianas no se pusiera en la pancarta de una concentración contra la violencia machista, que no se destituya a quien se retrata con banderas preconstitucionalistas porque dependen de Vox, que en Andalucía Moreno Bonilla financie todavía asociaciones antiabortistas o en La Rioja se le quite el nombre de Almudena Grandes a una biblioteca».

En su proclama feminista, agradeció la presencia en el mitin de su exvicepresidenta Carmen Calvo y agradeció -con la polémica del Mundial Femenino presente- la rebelión de las mujeres «contra los presidentes de federaciones deportivas y el sursum corda si hace falta».

Sánchez defendió que lo ocurrido en el Mundial Femenino de fútbol con el beso no consentido de Luis Rubiales a la futbolista Jenni Hermoso «no ha perjudicado la imagen de España en el exterior «. «La marca España es la reacción de las jugadoras», enfatizó.

«La España que viene va a ser la España de la igualdad, la ciencia o el diálogo entre territorios», dijo para retomar su intención de continuar en La Moncloa.

En el epílogo de su intervención, Sánchez también le echó un capote al cuestionado barón del socialismo andaluz, Juan Espadas: «Voy a venir mucho a Andalucía; como hicimos el 23 de julio, lo vamos apostar todo al rojo para que el próximo presidente de Andalucía sea Juan Espadas» 

Otras intervenciones

Como telonero más inmediato del cabeza de cartel, tomó la palabra el líder del PSOE andaluz, Juan Espadas, al que la resistencia electoral de Pedro Sánchez le ha servido en bandeja una suculenta bocanada de aire. Espadas le agradeció a su ‘jefe’ que, por tercer año consecutivo, haya elegido Andalucía para iniciar el curso político. «Gracias Pedro por tu triunfo, por echarte el partido a la espalda y por hacer que la gente recuperara la ilusión; cada vez que pienso en la carita que se le quedó a la derecha el histórico 23 de julio, saco una sonrisa», espetó.

Asimismo, Espadas cargó las tintas contra el Gobierno andaluz del ‘popular’ Juanma Moreno y le recordó que «el 23J, en Andalucía se movilizó con un voto de confianza a los socialistas mucha gente». «Esa es la remontada que tenemos que continuar», agregó sin perder de vista la cómoda mayoría absoluta de los populares en el Ejecutivo autonómico.

Justo antes de la intervención de Espadas, subió a la misma tarima la número 2 de Ferraz y ministra de Hacienda en funciones, la sevillana María Jesús Montero, quien subrayó que «desde Felipe González hasta Pedro Sánchez, este partido ha tenido presidentes decididos que ante los problemas de España han sabido qué futuro debería tener el país».

Anteriormente, el secretario general del PSOE de Málaga y portavoz municipal en la capital, Dani Pérez, aseguró que el 23 de julio, en las elecciones generales, «perdieron aquellos que buscaban una España en blanco y negro». Y, en el primero de los discursos, la diputada malagueña Mari Nieves Ramírez se remontó a una campaña como la del 23J en la que «los del PP fueron de sobrados»