Cuando el jueves le comentaron a Carlos Alcaraz cómo se le había despejado a Novak Djokovic su parte del cuadro en el US Open, al menos en cuestión del ránking de sus rivales, el murciano avisó: “Todos los jugadores pueden hacer grandes resultados, y Djokovic no debe bajar la guardia”.

Era como si Alcaraz hubiera anticipado lo que estaba por llegar este viernes a la pista Arthur Ashe, donde Nole se medía en tercera ronda con su compatriota Laslo Djere. Porque el dueño de 23 grandes acabó ganando al 38 del mundo, pero cedió los dos primeros sets, y aunque por octava vez en su carrera logró una remontada desde ese lugar, por un momento se asomó al abismo de despedirse del Abierto tan temprano como no se marchaba desde 2006 y quedarse sin opciones de lograr su cuarto título neoyorquino.

“Ha sido uno de los partidos más duros que he jugado en Nueva York en muchos años”, reconocía Djokovic en la pista pasada la una y media de la madrugada, después de las tres horas y 45 minutos de juego que le hicieron falta para cerrar con su segunda bola de partido el 4-6, 4-6, 6-1, 6-1 y 6-3. Ese resultado le ha llevado a la cuarta ronda, en la que se mide el domingo con el croata Borna Gojo, 105 del mundo.