La forma en que TVE se ha desentendido de Comando actualidad es todo un misterio. Ha dado una coz a uno de sus mejores programas de producción propia. Vendiéndose por un plato de lentejas, el de las cifras de audiencia. Prefiriendo dar a sus espectadores verdadera bazofia, con perdón de los profesionales que han de comer produciéndola, que un espacio veterano que en ningún momento ha perdido la dignidad, y que gana con el tiempo, como el buen vino.

Las nuevas cinco entregas de Comando actualidad emitidas este verano, a saber, A pleno sol, Hasta la bandera, Plagas, Únicos en el mundo y Negocio divino se han programado en horarios imposibles. Lo mismo han salido en antena a las tantas de la madrugada que iniciando la parrilla de matinal de los fines de semana, a la fresca de los domingos.

Tanto da. Lo importante es que no han perdido ni un gramo de su interés, como pudimos comprobar los que nos esforzamos en seguir el programa allá donde se esconda. El último, Negocio divino, dedicado a los lugares donde se concentran algunas de las peregrinaciones más importantes del turismo religioso, contuvo momentos y expuso datos dignos de atención.

Entretanto, las noches de La 1 continuaron a lo suyo, presentando un muestrario de espacios más propios de una televisión privada que de una pública. Cómo culmen del paroxismo, ahí está la noche en la que se combina el forzado show de José Mota con el delirante Vamos a llevarnos bien que presenta Lorena Castell, o hacía mucho que la primera no caía tan bajo.

Esperemos que esto haya sido un mal sueño de una noche de verano y de cara a la programación de otoño la cadena vuelva a la normalidad.