El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha citado a los integrantes de la dirección del partido el próximo jueves a una reunión interna para debatir la actual situación política, centrada en las negociaciones de investidura con el PSOE. La reunión tendrá lugar en Altafulla.

La reunión, por indicación de Turull, se hará no solo a puerta cerrada sino que será de caracter únicamente presencial y no se permitirá el uso del teléfono móvil en la misma. Junts mantiene un hermetismo total sobre el estado de las conversaciones con el PSOE, que ya fructificaron en un pacto para votar a la candidata socialista para presidir el Congreso, Francina Armengol. Esa decisión se tomó tras una ejecutiva en la que no hubo debate interno y que acabó confiando en la decisión final de los negociadores.

Las negociaciones la dirige personalment el ‘expresident’ Carles Puigdemont, con el total apoyo de Turull y de la presidenta de la formación, Laura Borràs. Junts sigue moviéndose internamente entre dos posiciones, con numerosos matices internos. Una, la del sector pactista y moderado que pretende que la negociación con el PSOE llegue a buen puerto a cambio de avances en el autogobierno catalán pero sin posiciones maximalistas. El ‘expresident’ Artur Mas lo resumió, en una entrevista en Catalunya Ràdio, con la idea de ser «más exigente que intranisgente«. En el polo opuesto, los dirigentes en torno a la presidenta de la formación, que consideran que es necesario mantener la confrontación con el Estado y no temer a una repetición electoral si no se cumplen todas las exigencias del partido, basadas en la amnistía para los procesados en torno al ‘procés’ y el ejercicio de la autodeterminación con un referéndum.

Turull ha reclamado insistentemente que se mantenga un silencio absoluto en público respecto a las negociaciones e incluso ha reclamado no hacer tuits para evitar voces disonantes y cohesionar a JxCat ante una tesitura política que hace que el partido sea decisivo en el tablero político español.

Las reclamaciones

Junts ha dejado sobre la mesa la reclamación de la amnistía y la autodeterminación. Con todo, para la negociación de la Mesa del Congreso, las reclamaciones se han centrado en cuestiones sectoriales: el uso del catalán (el gallego y el euskera) en las Cortes con normalidad y la petición formal a la UE, cuya Comisión preside el Gobierno del PSOE durante este semestre, para que se convierta en lengua oficial de las instituciones comunitarias, así como la apertura de una comisión de investigación parlamentaria sobre la llamada «guerra sucia» del Estado contra el independentismo y otra respecto a los atentados de Barcelona y Cambrils de agosto del 2017, tal como hizo el Parlament.

En esta segunda fase negociadora, las exigencias de Junts se centrarán en presionar en favor de una ley de amnistía. Òmnium cultural eleva a 4.200 personas las afectadas por la «represión» del Estado, pero las beneficiarias de la posible amnistía serían únicamente las relacionadas con causas penales pendientes. La petición de amnistía por parte de Junts es previa a la votación de la posible investidura de Pedro Sánchez, porque el partido independentista quiere «cobrar por adelantado«. Si hubiera acuerdo en este aspecto, se abriría la carpeta de la autodeterminación y las reivindicaciones sectoriales. Sin embargo, en este aspecto lo más posible, según fuentes consultadas, sería que se abriera un marco de diálogo para el conjunto de la legislatura.

Sobre esta estrategia versará probablemente la ejecutiva de Junts, que todavía no ha fijado orden del día, y que agrupará a todas las sensibilidades internas, dado que en ese órgano conviven exmiembros del Govern, dirigentes fieles a Borràs, otros partidarios de Turull y responsables territoriales y sectoriales.