La rentabilidad de los agricultores alicantinos en el inicio de la campaña de la almendra, en peligro. ASAJA Alicante manifiesta que ha detectado «prácticas desleales» que perjudican directamente los beneficios del productor alicantino dentro de este sector. En este sentido, la asociación señala que muchos productores «están percibiendo precios tan bajos que no llegan a cubrir ni el 75% de los costes», y explica que tiene constancia de que «se está pagando en campo el kilo de almendras como si se tratase de producto que está a punto de caducar, cuando en realidad la industria está basándose en las cotizaciones de las almendras de California, que tienen un precio inferior por ser de stocks antiguos, próximos a su caducidad comercial y de peor calidad, propiedades que contrastan con las almendras frescas españolas».

En este punto, hay que valorar la importancia de la almendra californiana en el contexto global. Su incidencia en el mercado corresponde a un 80% de la producción mundial de este fruto seco, mientras que el producto local tan solo representa el 6%, según indican los propios agricultores de la provincia. De esta forma, la llegada de este producto al mercado nacional, de peor calidad pero con una importante estrategia comercial, ha hecho que se marquen unos precios con los que los productores locales no pueden competir.

La venta a precio de saldo, como consecuencia de la entrada al mercado nacional de una remesa de almendras de un stock antiguo, llegando a ser almendra sobrante de 2021, ha arrastrado a una industria española que tiene que combatir una oferta irrisoria para los agricultores locales. Uno de los productores más importantes de este fruto seco a nivel local, y que más está notando esta competencia californiana, es Alfredo Sogorb, de Frutos Secos el Mañán, en Pinoso.

Uno de los huertos de almendros que hay en la provincia. TONY SEVILLA


«No es lo mismo un producto fresco que uno que viene congelado», evidencia el agricultor pinosero, que critica lo que él llama «la superproducción americana de almendras». El productor comenta que en los 34 años que lleva su empresa activa, este es uno de los momentos más difíciles que está pasando: «Estamos en clara inferioridad respecto del producto californiano, esto es un claro síntoma de competencia desleal, así que no queda otra que pedir y reivindicar ayudas a la administración, puesto que las almendras cumplen una función muy importante en la zona mediterránea, tanto mediomabiental como alimentaria».

En este sentido, también estima que la crisis económica ha perjudicado de forma directa al sector, entendiendo que el producto, la almendra, «ha dejado de ser de primera necesidad», siendo superado por frutos más baratos como el cacahuete. Además, Alfredo Sogorb marca un factor clave en este asunto: «Nuestra reivindicación se hace más llamativa cuando se pone de manifiesto que el primer cliente de EEUU en su proceso de exportación de almendras es España». Así, y según los datos que aporta, el pasado año el país compró casi siete millones de kilos de almendras en el mercado estadounidense, gran parte de él de stocks antiguos y, por tanto, de peor calidad.

Así, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores realiza un llamamiento a la industria para que apueste por el producto nacional, por la almendra alicantina, para que «no se deje tentar por ofertas procedentes de fruto importado a punto de caducar», con la pérdida de propiedades que ello conlleva. El presidente de ASAJA Alicante, José Vicente Andreu, aboga por apostar «por la almendra fresca y de calidad de nuestro territorio» puesto que supone, según manifiesta, «no solo respetar al sector primario español, sino también a los consumidores”. El respeto al consumidor enunciado lo remarca señalando que actualmente «se hace turrón de Alicante con almendra americana», algo que cataloga de «fraude».

Roque Bru, agricultor de los campos de Elche, es otro de los damnificados de forma directa por este tema: «El mercado lo domina la almendra americana, lo único que tenemos en Alicante es una gran calidad (sabor) de la almendra, pero que no es suficientemente valorada por los operadores españoles». En este sentido, Roque Bru cree que a estos precios actuales, donde el kilo de pepita se sitúa en 2,8€, «la zona del interior de la provincia, de secano, difícilmente podrá mantener las plantaciones». Los productores estiman que el kilo de pepita debería estar en torno a los 5€.

Dificultades

A este escenario hay que añadirle la política de erradicación de la Xylella, que ha supuesto la destrucción de 202.200 árboles de almendro de la provincia para combatir la plaga. Según ASAJA, «lo único que se está consiguiendo es acabar con el cultivo y no con la enfermedad». La entidad agraria aprovecha para solicitar a la nueva Conselleria de Agricultura un cambio de estrategia orientado a la contención para «salvaguardar este cultivo tan emblemático» y favorecer la fijación de la población en las zonas rurales.

Primer plano de la almendra fresca local, que tiene que venderse a precio de producto caduco. TONY SEVILLA


A este mal arranque de campaña, se suma otra causa que perjudica al eslabón más débil de la cadena alimentaria, el agricultor, y es que hace unos meses se realizó una estimación de cosecha «demasiado optimista en cuanto a volumen de producción» en palabras de José Vicente Andreu, cuando en realidad no se cumplirán las expectativas generadas, puesto que las inclemencias meteorológicas han afectado al cuaje del fruto. “La sequía y las altas temperaturas de marzo y abril perjudicaron la floración, haciendo que mucha se caiga del árbol, y además afectaron el calibre, que está siendo muy pequeño por la falta de agua”, revela Andreu. Las estimaciones elaboradas por la asociación agraria auguran que, de la previsión de 2.526 toneladas en Alicante, se acabe registrando una merma que pueda aproximarse al 50%.

Los técnicos de la organización remarcan que las lluvias tardías de finales de mayo y principios de junio han llegado muy tarde para este cultivo, y explican que las altísimas temperaturas incrementan notablemente la evapotranspiración del arbolado y también sus necesidades de agua, que en la mayor parte de las zonas regables no han podido satisfacer esas necesidades hídricas por restricciones en el suministro de agua debido a la sequía. Esta reducción en la producción es otra de las razones que empujan a que el producto se esté pagando a precios demasiado bajos en origen. 

El presidente de ASAJA finaliza advirtiendo que «este año los agricultores alicantinos van a perder todo lo invertido en el cultivo» y que la competencia de la almendra californiana es solo uno de todos los problemas que hay. «Perdemos ante una almendra de baja calidad organoléptica y cultivada con el uso de muchos agroquímicos», enuncia Andreu, quien dibuja la paradoja de que «España es el segundo productor de almendra a nivel mundial, pero el primer importandor de la almendra americana».