Nueva York va a poner coto a la gran plataforma de alquiler vacacional Airbnb. El gigante tecnológico verá limitado su negocio en la ciudad estadounidense y no podrá anunciar alquileres para una estancia menor a un mes. A partir del 5 de septiembre, tratará de frenar el crecimiento de los precios de los alquileres y la escasez de vivienda, después de que los tribunales desestimasen el recurso interpuesto por la plataforma contra la medida. Podrá seguir alquilándose, eso sí, un apartamento compartido con el anfitrión residiendo en el mismo. Además, deberá estar registrado al efecto en un listado municipal.
Aquí, los propietarios de viviendas turísticas salen en defensa del modelo de negocio y consideran innecesarias este tipo de medidas por parte de los consistorios locales. «Piensan que con medidas así van a tener mas vivienda en alquiler y eso no va a pasar», dice Miguel Ángel Sotillos, presidente de Fevitur, la Federación Española de Viviendas y Apartamentos Turísticos.
Como ejemplo recuerda la moratoria de Barcelona, donde hace años que no dan mas licencias turísticas. «Justo es la ciudad de las que más ha subido el precio del alquiler para todo el año y donde mas vivienda falta», argumenta.
En este sentido, se muestra rotundo y dice que «lo que se demuestra es que limitar o prohibir el alquiler vacacional no soluciona la falta de vivienda en alquiler para todos el año». En Nueva York se calcula que habría casi 11.000 alojamientos ilegales.
Según datos recogidos en el Observatorio de la Vivienda Turística en España, impulsado por Fevitur, el alquiler vacacional en España generó un impacto económico de 20.388 millones de euros en 2022, casi cinco veces más que los datos de 2019. El gasto directo de alquiler representa un 19,1% del total, 4.660 millones de euros, mientras que el gasto en la estancia, fuera de la vivienda, es de cerca de 16.000 millones de euros.
Por su parte, el informe de Fevitur refleja que el 31,8% de los viajeros españoles se alojaron en una vivienda de uso turístico (VUT) el año pasado, cifra que está casi nuevo puntos por encima de 2019, cuando solamente un 23% optaron por este tipo de alojamiento. En 2022, la reserva media en VUT fue de 5,5 noches y para 3,9 personas, lo que supone un media ligeramente superior a la de 2019 (5,28). Según los datos del Observatorio, la mayoría de clientes son familias y parejas (74,6%), seguidos de los grupos de amigos (20,4%).
Por su parte, desde Exceltur, la alianza para la excelencia turística que agrupa a las grandes empresas del sector como Iberia o Meliá, ha exigido a las administraciones que pongan coto a la proliferación de viviendas turísticas por el territorio, que compiten con los alojamientos reglados.
Aunque quedó excluido de la nueva Ley de Vivienda aprobada por el Gobierno, la patronal que preside Gabriel Escarrer pide al Ejecutivo central una normativa que establezca obligaciones para las plataformas como publicar solo ofertas de viviendas inscritas en los registros autonómicos.
Con motivo de las pasadas elecciones generales del 23 de julio, Airbnb pidió que el nuevo Gobierno que se forme busque la armonización de las normas de alquiler de corta duración en Europa y España «mediante el apoyo y la rápida adopción de la propuesta europea».
Exceltur ha lanzado la iniciativa ReviTUR, en colaboración con los ayuntamientos de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga y San Sebastián para reclamar al Ejecutivo central el establecimiento de un marco legal sobre viviendas de uso turístico (VUT) en competencias básicas del Estado que sin invadir competencias regionales.
De 346.921 plazas turísticas en todos los modos de alojamiento (hoteles, pensiones, hostales, fondas y aparthoteles) que había en las 20 principales ciudades españolas en a comienzos de la década pasada se llegó a 788.136 plazas en 2019. Las 361.373 nuevas plazas de las viviendas turísticas, según Exceltur, estarían detrás del 82% del crecimiento de toda esta nueva capacidad alojativa. Además, están concentradas fundamentalmente en los centros y barrios de mayor atractivo turístico.
La Comisión Europea hizo pública en noviembre su propuesta de reglamento de alquileres cortos planteando un marco de intercambio de datos entre autoridades y plataformas, y promoviendo un entorno en que las normas locales sean claras y fáciles de seguir para los anfitriones, según un comunicado de la plataforma.
En marzo, los ministros de Competencia e Industria de la Unión Europea (UE) acordaron poner en marcha un registro comunitario de alojamientos turísticos de corta duración, que ofrecen plataformas como Airbnb, que facilite la recopilación y el intercambio de datos y armonice los sistemas que ya existen en los Estados miembros.
El trimestre más rentable
Mientras tanto, la compañía estadounidense ha marcado el trimestre más rentable de su historia, con un beneficio de 650 millones de dólares (594 millones de euros). Con 2.285 millones de euros en ingresos, aumenta un 18% respecto al año pasado. El Ebitda ajustado fue de 748,7 millones de euros. La plataforma superó los 115 millones de noches y experiencias reservadas por los usuarios entre abril y junio.
La compañía asegura que por primera vez desde su creación logró registrar más de 1.500 millones de llegadas de huéspedes. Además, las noches en el extranjero aumentaron un 16% entre abril y junio, con un especial incremento de más del 80% en Asia-Pacifico y del 20% en América del Norte. Por su parte, las reservas en ciudades de alta densidad de población vuelven a recuperar potencia tras la pandemia, con un aumento del 13% respecto al anterior ejercicio.