La distribuidora de Iberdrola en España, i-DE, ha revisado durante los seis primeros meses del año 25.000 kilómetros de líneas eléctricas (17.000 aéreas y 8.000 subterráneas), a través de «reconocimientos regulares orientados a detectar las posibles anomalías en instalaciones eléctricas», ha destacado la firma.
Estas inspecciones «se centran en elementos como los aisladores, conductores, herrajes o apoyos que pueden haberse visto dañados por rayos, caída de arbolado u obras próximas, entre otras causas».
La compañía también ha llevado a cabo revisiones termográficas a lo largo de casi 15.000 kilómetros de líneas, una acción que consiste en el reconocimiento de las infraestructuras eléctricas con helicópteros equipados con cámaras infrarrojas que miden la temperatura de las instalaciones. De este modo «es posible detectar aquellos puntos que presentan temperaturas inadecuadas para corregirlos y evitar así interrupciones en el suministro».
«Los trabajos para prevenir incidencias en la red de distribución se completan con la limpieza de los pasillos por donde discurren las líneas, con labores de tala, poda y desbroce de la vegetación con riesgo de hacer contacto con los tendidos a lo largo de unos 2.000 kilómetros de líneas», explica Iberdrola.
El índice que mide la continuidad de suministro – Tiempo de Interrupción Equivalente a la Potencia Instalada (TIEPI) – acumulado hasta finales del primer semestre se encuentra por debajo de 45 minutos. En 2022, la compañía alcanzó el mejor valor a cierre de año de la historia.
«Esta mejora se debe a las inversiones realizadas por i-DE en nuevas infraestructuras eléctricas y en el mantenimiento y renovación de las ya existentes, así como a su ambicioso plan de digitalización de sus redes eléctricas», agrega.