El piloto catalán Alex Palou no pudo hacer bueno en el óvalo de Gateway el primero de los ‘match ball’ para proclamarse campeón de la Indycar y revalidar el título que logró de forma brillante la temporada pasada. Al de Sant Antoni de Vilamajor (Barcelona) ya se le dibujaba una carrera complicada después de finalizar el 11º en la sesión de clasificación y pese a protagonizar una gran carrera no pudo sellar el título. Palou fue de menos a más y acabó firmando una meritoria séptima plaza, después de una temporada en la que hasta la fecha había logrado cuatro victorias y cuatro podios.

La victoria fue para Scott Dixon, quien acertó en la estrategia y supo exprimir y jugar al límite con sus neumáticos blandos, y que lograba su segunda victoria seguida en la temporada, un segundo triunfo que le deja con opciones matemáticas de poder disputar el título de la Indycar en las dos citas del certamen que restan, en Portland y en Las Vegas; aunque el que tiene la sartén por el mango sigue siendo Alex Palou. “Estoy muy orgulloso del equipo y de la buena elección de los neumáticos realizada y la efectividad en las paradas de boxes. Está siendo un gran final de temporada y lograr dos triunfos seguidos es divertido, pero hay que seguir trabajando duro”, dijo Nixon.

Y es que Alex Palou, que llegaba a la cita del Gateway Motorsport Park, con 101 puntos de ventaja sobre Dixon y 105 sobre Newgarden, sigue siendo el gran candidato para proclamarse campeón de la Indycar y, de hecho, podría hacerlo ya en la penúltima cita, la de Portland el próximo domingo 3 de septiembre. Aventaja a Dixon en 74 puntos y si el estadounidense vuelve a ganar por tercera vez seguida y Palou acaba 7º el catalán ya será bicampeón, y si no, habrá que esperar al circuito de Laguna Seca (10 de septiembre) en el que sería un final de infarto.


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