El Girona vuelve a asaltar el Sánchez-Pizjuán y deja al Sevilla colista

Victoria colosal del Girona frente a un Sevilla que solo conoce la derrota en el campeonato liguero. Los tantos de Yangel Herrera y Aleix García dieron los tres puntos frente a un cuadro de Nervión que vio como el VAR les dejó sin un tanto a favor y sin un penalti que fue corregido.

El ambientazo que acogió el feudo sevillista abrió la puerta a un encuentro que tuvo sus primeros acercamientos al poco de oírse el silbato de Gil Manzano. Los gerundenses tuvieron más dificultades de lo esperado para hacerse con el control del balón y se toparon con un Sevilla intenso en la presión, logrando robar en zona ofensiva. La necesidad de los de Mendilibar, tras no haber sumado ningún punto en las dos primeras jornadas, llenó de hambre a los locales para estrenarse en el casillero.

La afición andaluza no tardó en recordar todo lo que remueve la actualidad del fútbol mundial y alzó la voz a los diez minutos, cantando ‘Rubiales, dimisión’ y ‘Corrupción en la Federación’. A su vez, los de Míchel empezaron a jugar con el esférico con algo más de facilidad, aunque fallaron en alguna toma de decisión en cuanto a las aperturas del campo. Sin embargo, poco a poco empezaron a fluir.

No hubo suerte en el primer saque de esquina para los rojiblancos, pero sí en el segundo. La jugada de estrategia acabó con el cuero colgado al punto de penalti y con el mismo rebotando entre el muslo y la mano de Sow, oportunidad que no desaprovechó Yangel Herrera con el juguete muerto prácticamente en el área chica. El venezolano sumó su segundo tanto del curso, dejando sin opciones a Dmitrovic (16’).

Los lugareños miraron de reaccionar al golpe ‘gironí’, pero las decisiones no fueron del todo buenas, ni en los remates ni en el juego. En-Nesyri no tardó en gozar de una doble ocasión, pero el marroquí estuvo, cuanto menos, desafortunado en sus finalizaciones. El público del Sánchez-Pizjuán desesperó sin miramientos.

El Girona, cada vez que logró combinar con éxito, pudo correr hacia adelante y poner en compromiso al muro andaluz. Savinho fue el encargado de coger protagonismo en velocidad y tuvo una acción clarísima para doblar la ventaja, pero esta vez les tocó fallar a los catalanes.

Mientras tanto, Mendilibar y los suyos siguieron adelantando las líneas y apretaron de lo lindo en dirección a la portería defendida por Gazzaniga. En-Nesyri volvió a recordar a su público que no era su día, pero ahí apareció Gudelj, equilibrando la balanza. En el descuento previo al descanso, también en un saque de esquina y también con rechace incluido, el serbio empaló el balón en el aire para poner, de una vez por todas, el balón en el cajón (45’). El tanto hizo mucho daño a los gerundenses, que certificaron la peligrosidad del rival en acciones aéreas, y estuvieron a punto de irse por debajo en el electrónico con la posterior madera de Suso al centro de Rakitic.

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Las revoluciones volvieron a coger mucho protagonismo al inicio del segundo tiempo. Los de Nervión saltaron a morder a su rival, ganando en los duelos y buscando imperar en su propia casa. Los catalanes, a lo suyo, aprovecharon para mostrar una efectividad pasmosa. Un pase atrás de Arnau en área rival fue golpeado por Aleix García, limpiando las telarañas en décimas de segundo (56’).

Y acción, reacción. A los tres minutos de encajar, tocó golpear. Rakitic, tras una jugada de estrategia, disparó desde el lateral del área para competir contra Aleix García en el gol más bonito del partido. El tanto, pero, fue anulado por fuera de juego. A partir de ahí, el nerviosismo en la grada se palpó más que nunca.

A los gerundenses les tocó sufrir en campo propio hasta el final del choque. El mapa de calor, con más de 20 minutos por delante, se enrojeció en zona ofensiva sevillista, que no dejó de intentarlo mediante balones centrados.

El público local cambió de cántico a cinco para llegar a los 90. ‘Sevilla somos nosotros’ y ‘Directiva, dimisión’ inundaron de eco el verde andaluz tras una acción al palo de Savinho, que se fue sin oposición de sus contrincantes. El rebote, a pies de Dovbyk, también se fue incomprensiblemente fuera.

La desesperación al completo llegó con el penalti señalado por mano de David López. El catalán se empeñó en enseñar la marca del esférico sobre la parte alta de su brazo y, de nuevo el VAR, dejó sin premio a los andaluces.

Los nueve de añadido dieron la oportunidad a Badé de poner las tablas en el luminoso, aunque el balón se fue por encima del travesaño. Sin tiempo para más, el Girona logró sus acumulados siete puntos en la clasificación, mientras que el Sevilla sigue viendo el número cero en puestos de descenso. Los de Mendilibar se quedaron sobre el césped, disculpándose frente a los casi 30.000 presentes.

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