El Centro del Patrimonio Judío de Babilonia presenta revelaciones sobre archivos de judíos iraquíes localizados en los sótanos de Saddam Hussein.

Conferencia Especial e Intervención del Dr. Harold Rudd

Este evento destacará los descubrimientos realizados por soldados estadounidenses en la sede de inteligencia iraquí. Uno de los principales voceros será el Dr. Harold Rudd, consultor del Departamento de Defensa de EE. UU., quien participó activamente en la recuperación de estos documentos.

Con 28 años en el Pentágono y alrededor de 12 años centrados en la temática iraquí, el Dr. Rudd se encontraba en Bagdad durante la intervención estadounidense. Su relación con el jefe de la oposición iraquí le brindó conocimiento sobre la existencia de este archivo judío.

Tras la incursión en Bagdad, individuos vinculados al régimen de Saddam buscaban exponer sus asociaciones pasadas con el gobierno en un intento de adquirir algún tipo de inmunidad. Fue en este contexto que el Dr. Rudd fue informado sobre el archivo.

El Rescate del Archivo y las Condiciones Adversas

El edificio que albergaba el archivo fue blanco de un ataque con un misil de media tonelada que, aunque no detonó, causó una inundación en el sótano debido a la ruptura del sistema de cañerías. Rudd y su equipo enfrentaron desafiantes condiciones de trabajo, con niveles de agua alcanzando la cintura en algunas áreas.

Con el apoyo de la oposición iraquí y numerosos trabajadores, el proceso de recuperación comenzó. Documentos, libros sagrados y un rollo de la Torá se encontraban entre los objetos rescatados. La tarea se vio amenazada por el constante flujo de agua y la necesidad de un ambiente adecuado para secar y preservar los documentos.

Un aspecto notable fue la intervención de colmenas en la zona. A pesar de la presencia de abejas durante días, Rudd, siendo alérgico, no sufrió ninguna picadura, describiendo la situación como un “milagro”.

Restauración y Preservación de Documentos Antiguos

A pesar de ser historiador, Rudd no tenía experiencia en restauración. Para este proceso crucial, solicitó el apoyo de expertos de la Biblioteca Nacional. Las recomendaciones iniciales fueron almacenar los documentos en un ambiente frío, un reto dado que no había electricidad disponible en el lugar.

La restauración incluyó secar los documentos y almacenarlos en cajas de aluminio. El rollo de la Torá presentó desafíos adicionales. Al secarse, el pergamino y el cuero se endurecen, lo que impide su enrollado. Rudd buscó orientación rabínica sobre cómo manejar adecuadamente este artefacto sagrado en estas circunstancias.

Se le aconsejó que el rescate del rollo se asemejaba a “salvar una vida”, indicándole que no debería preocuparse por los protocolos en esa situación.

Procedencia y Antigüedad: Orígenes del Archivo

Según declaraciones del Dr. Rudd, la pieza más antigua encontrada en este archivo data del año 1540, siendo un libro impreso en una prestigiosa imprenta de Venecia. A pesar de tal antigüedad, la mayor parte de los documentos, certificados y libros pertenecen a los siglos XIX y XX.

El relato sobre la llegada de dichos documentos a su actual ubicación tiene sus raíces en un recuerdo compartido por una mujer iraquí. Según su testimonio, en 1984, durante la última operación de una sinagoga en Bagdad, soldados incautaron y transportaron numerosos documentos y libros sagrados. La realidad de aquel tiempo implicaba que los judíos que abandonaban Irak solo podían llevar consigo una maleta, lo que dio como resultado la confiscación de numerosos registros por parte de las fuerzas de Sadam Husein.

Estos actos de confiscación simbolizaban el poder y control de los líderes dominantes en Oriente Próximo. “Los líderes poderosos de Oriente Próximo quieren demostrar quién es el soberano frente a los débiles”, explica el Dr. Rudd.

Restauración y Digitalización: Preservación del Patrimonio

Tras el rescate de estos invaluables documentos del edificio bombardeado, se procedió a su traslado al Departamento de Restauración de los Archivos Nacionales de Estados Unidos. Una vez allí, el material fue secado y reubicado en el Sistema de Archivos Judíos del Gobierno Federal de Estados Unidos, ubicado cerca de Washington.

El meticuloso proceso de restauración también incluyó la fotografía de alta calidad de cada página de los libros y documentos. Esta información se hizo accesible al público al ser cargada en la web, permitiendo a los investigadores del Centro del Patrimonio Judío de Babilonia analizar y extraer datos e innovaciones regularmente.

El total de objetos transportados a Washington ascendió a 2700, de los cuales 27 fueron presentados en una exposición especializada.

Repercusiones Emocionales: El Poder de la Memoria Histórica

El impacto de estos hallazgos va más allá del ámbito académico. Como ilustra el Dr. Rudd, la exposición de estos documentos resucita memorias y momentos vividos. Un ejemplo conmovedor es el de un hombre que, al visitar la exposición en Washington, identificó su propio certificado escolar, exclamando emocionado: “Esta es mi vida, este soy yo”.

Estos momentos resaltan la importancia intrínseca de la investigación, pues como señala el Dr. Rudd, es probable que el análisis continuo del archivo conduzca a más revelaciones similares y descubrimientos sobre los bienes dejados atrás por los judíos en el siglo pasado.

Las repercusiones de estos hallazgos son profundamente valoradas por instituciones como el Centro del Patrimonio Judío de Babilonia. Su directora, Aliza Dayan Hamma, destaca la invaluable contribución del Dr. Rudd a la preservación de este patrimonio.

Importancia Cultural: Reconstruyendo la Historia Judía Iraquí

Este archivo no solo representa una ventana al pasado, sino que también constituye una herramienta vital para la reconstrucción y comprensión de la historia judía en Irak. A partir de este archivo, se han podido reimprimir obras perdidas, como los libros del rabino Yosef Chaim, y recopilar datos cruciales para investigaciones antropológicas y arqueológicas.