Palma construyó un total de 11 nuevas viviendas en suelo rústico durante el año 2022. Así lo confirman los datos del Consell de Mallorca, situándose como una de las localidades con más edificaciones a pesar de que es una ciudad que cuenta con pocos espacios rurales.

Asimismo, el municipio que más inmuebles sumó en estas circunstancias durante el año pasado fue Llucmajor, con un total de 56 viviendas. En este sentido, es una de las localidades más grandes de la isla. Le sigue de cerca Felanitx, con 54 casas de nueva construcción. Un escalón por debajo se encuentran municipios como Manacor con 33 viviendas, Campos con 30 o Santayí con 26.

En el caso de Sencelles se edificaron 19 inmuebles, Muro 17, Sa Pobla 16, Consell 11 (igual que Palma), Sant Llorenç 11, Ses Salines 11, Santa Margalida 10, Petra y Sineu 9 o Alcùdia y Montuiri con 8 viviendas.

Por otro lado, hay algunos municipios en los que se construyeron muy pocas vivendas en suelo rústico en 2022 como Binissalem con 4 edificaciones, Santa Eugènia con 3 , Alaró y Búger con 2, y Capdepera, Costitx y Lloseta con 1.

Palma construyó 11 inmuebles en espacios rurales durante el 2022 DM


Terraferida ya lo advirtió

La entidad ecologista Terraferida ya alertó sobre las consecuencias que se estaban plasmando en Mallorca tras el aumento de la construcción de viviendas en espacios rurales.En este sentido, presentaron un estudio en el que cuantificaron que la isla había construido 1.002 nuevos chalets en suelo rústico en seis años y otros 1.052 han sido ampliados. En conjunto, las nuevas construcciones ocupaban 4,11 kilómetros cuadrados de territorio, suelo que en su mayor parte era agrario, forestal y ‘garriga’ y que se ha perdido para siempre. «Es el mayor problema ambiental al que se enfrenta la isla», subrayó Jaume Adrover, portavoz de Terraferida. La investigación cuantificó

el ladrillo que ha aflorado en Mallorca haciendo una minuciosa comparativa con fotos aéreas de 2015 y 2021 disponibles en el visor IDEIB del Govern. «’Fora vila’ se ha convertido en una inmensa urbanización de lujo», denunció Teraferida, al tiempo que reclamó «una moratoria» de nuevas construcciones y la protección «definitiva» del suelo rústico.

«Necesitamos un debate serio sobre el que ahora es el principal problema ambiental de Mallorca, pedimos que las administraciones miren de cara a la realidad», declaró la organización. Los autores del estudio pusieron de manifiesto la proliferación de «megachaletarros» y la ocupación del resto de la parcela con «piscinas, pistas de tenis, caminos asfaltados y jardines fastuosos» por lo que, en la práctica, la ocupación de territorio rústico va mucho más allá de la propia vivienda, denunció Terraferida.