Son cerca de las 12 horas. La calle Santo Domingo de Benidorm empieza a ser un ir y venir de turistas y también de empleados de negocios de hostelería que se afanan en colocar mesas y sillas en la calle para poder atender a los clientes que no tardarán en aparecer. Mientras unos negocios abren, hay otro que no ha parado desde que ha iniciado la jornada de trabajo y una cola de personas esperan su turno bajo el sol que aprieta ya a esas horas. Es la Administración de Lotería número 1 de Benidorm, una de las que más actividad tiene en los días de verano y donde acuden aquellos que buscan que les llegue la suerte con el sorteo de Navidad y sea con un décimo comprado en sus vacaciones.

El verano en el municipio no es solo sinónimo de sol y playa, de caminar por las calles más céntricas o sentarse a comer o cenar en una terraza, entre otras actividades. También lo es de acudir a un establecimiento para hacerse con uno de los décimos del tradicional sorteo del 22 de diciembre. Los negocios especializados registran a diario colas de personas que no se resisten a llevarse un «recuerdo» de Benidorm en forma de lotería. La Administración número 1 es una de las más visitadas en pleno centro urbano pero también lo es la número 4, en plena calle Gambo, una zona por donde pasan al día miles de personas. En otras partes de la localidad también crece la actividad en los meses de temporada alta con las ventas a los visitantes y turistas.

Comprar un décimo cuando se está de vacaciones es ya una costumbre arraigada desde hace años para muchos de los veraneantes que acuden a hoteles, apartamentos o campings, pero también para los que tienen una segunda residencia en la ciudad y cada año pasan varias semanas en el municipio. Hay un día en el que ir a comprar un décimo (o más de uno) es una cita obligada que, además, supone ya toda una tradición a la que se añaden las supersticiones con los números.

¿Es la época del año que más se vende? Es una de ellas, afirma Mar Álvarez, propietaria de la Administración número 4. Porque otro de los puntos álgidos es septiembre y octubre, cuando los viajeros del Imserso o los más mayores pasan días de descanso en el municipio. Pero julio y agosto es un punto fuerte de ventas. «En Benidorm ya preguntan en el mes de febrero cuando habrá Lotería de Navidad», apunta la responsable del establecimiento de la calle Gambo. Aunque la campaña de Navidad no arranca hasta julio, es decir, hasta que el verano está iniciado no se puede comprar uno de esos décimos en los que se pone tanta ilusión.

«Viene mucha cantidad de gente que no solo compra para ellos sino que se lleva para sus hijos, hermanos, para la familia y amigos… y también muchos encargos», indicó la vendedora. María Balaguer junto a Julián Mazón atienden la ventanilla de la Administración número 1 en la calle Santo Domingo, en plena zona de «Los Vascos» como se conoce a estas calles. «En agosto viene también gente joven que está de vacaciones a comprar, se vente mucho, es uno de los meses que más vendemos», indicó la dependienta.

Una de las administraciones del centro de Benidorm con clientes esperando. David Revenga


La Lotería de Navidad se ha convertido ya en un «souvenir» y son muchos los que, en lugar de llevar de regalo o recuerdo un imán o una taza, optan por un décimo para regalar o para ellos mismos. Y en eso es importante «que ponga Benidorm detrás y dónde se ha comprado». Y hay otro tipo de comprador: «Algunos clientes vienen todos los años y se lo llevan para todo el pueblo, o si tienen un bar es el que venden, o en una fábrica…», indicó Balaguer.

Y, ¿hacia dónde viajan los décimos que se venden en Benidorm? El País Vasco y Madrid son los lugares donde más llegan. «Tenemos mucha gente del norte, son los que más compran porque además hay muchos que tienen casa aquí», indicó Álvarez. Además destaca que se dan grupos grandes de personas de viaje de lugares de Andalucía, como Granada o Málaga, que también suelen comprar. Por su parte Balaguer indica que los turistas que vienen «una semana o quince días son los que vienen a comprar y repiten cada año». ¿Compran los extranjeros? «Muy poco, solo los ingleses que viven aquí mucho tiempo y ya conocen el sorteo».

Ventas similares a las de 2022

Las ventas este verano se mantienen por ahora en los mismos número que en 2022, según los responsables de las administraciones de Benidorm que no quieren dar números sobre cuánto pueden vender en un día. «2021 fue un año flojo tras el bajón por la pandemia. No venía tanta gente de vacaciones y ha costado un poco recuperarnos a las administraciones que trabajamos en la costa», indicó la propietaria del establecimiento de la calle Gambo. Pero 2023 ya es otra cosa. «La mayor venta se hace por ventanilla», añadió. Y dio una clave: «Cola llama a cola». Es decir, que muchos también se paran a comprar un número si ven que hay mucha gente esperando en un lugar determinado. «Hay quien se lleva 20 o 30 décimos», añadió Álvarez.

Administraciones como las de pleno centro de Benidorm tienen números exclusivos para ellos. ¿Qué significa? Álvarez lo explica: «Cada número tiene 1.850 décimos que nos mandan solo a nosotros. Son números que se venden muy bien y se anuncian porque solo los vendemos nosotros». En el caso de la Administración número 1 de Benidorm hay uno «de la casa» que se anuncia en la puerta, según explicó Balaguer: «Muchos te dicen, dame el de la casa» casi sin mirar el número que es. A lo largo de la campaña «tenemos cinco o seis» de ellos.

Los negocios más céntricos tienen gente esperando su turno casi a todas horas, aunque el calor apriete, tanto por la mañana como por la tarde. Entre ellos, algunos son clientes fijos que acuden cada año a probar suerte al mismo lugar. Otros están por primera vez en Benidorm de vacaciones y buscan cuál es la administración «más típica» o la número 1 para comprar sus décimos de Navidad.

En cuanto a los números, hay cosas que no cambian. El que más se vende es el 13, por eso de la superstición. De hecho, «es un número que tenemos para abonados que no sale ni casi a la venta». Está también el 15, «La niña bonita»; el 17 o el 69 que muchos vendedores conocen como «el número pequeño del 13» por el volumen de ventas. «Se vende mucho también la terminación del año en el que se está», indicó Balaguer; en este caso el 23.

Cumpleaños o fechas con significado, entre las elecciones de número

Pero las fechas señaladas como cumpleaños o cualquier otro acontecimiento familia o que haya marcado a los clientes también son los más pedidos: «La gente busca muchas fechas», indicó Balaguer que explicó que la Lotería de Navidad «está llena de supersticiones al 100%» y que «muchos te dicen, mi padre ya lo compraba».

Carteles de «Hay la Lotería de Navidad» en Benidorm. David Revenga


Es el caso de Olga Baudot que tiene un ritual para comprar: «Me espero a las 12 del mediodía. Mi abuelo compró a esa hora y le tocó dos veces». Ella es de Colmenar Viejo y «vengo cada año y siempre me llevo décimos, sobre unos 200 euros para amigos y familia». Asegura que la Administración número 1 de Benidorm es «como Doña Manolita en Madrid», un lugar donde hay que comprar. Ella no tiene preferencias de número, «el que me den» y «a ver si sigo la suerte de mi abuelo». Como muchos aseguró que «mi padre ya compraba también aquí».

Ángeles González es de Madrid: «Siempre nos llevamos de donde vamos de vacaciones». En Benidorm compran tanto en Gambo como en la de Santo Domingo y tampoco tienen preferencia de número: «Me llevo también para la familia aunque no nos ha tocado nunca». Esta frase es repetida por muchos como Emilio Medina y su hermana Charo Medina que tampoco han tenido suerte.

Ellos vienen de Toledo y Madrid y «compramos todos los años para nosotros y es el mismo número para todos». «Yo me llevo el que me dé el de la administración», indicó el turista. Su hermana apuntó que «yo me llevo el de la casa y hace más de 20 años que compro». Ángel Galán también es de Toledo y lleva 40 años pasando las vacaciones en Benidorm: «Compramos desde hace mucho tiempo cuando venimos para la familia. Nos llevamos tres décimos y del número que nos den ellos».

En la cola espera un grupo con cuatro jóvenes. Ellos siempre compran «un décimo de donde vamos de vacaciones, aunque luego nunca toca». Son de Ciudad Real y han elegido el céntrico establecimiento porque «hemos pasado y lo hemos visto y además pone el número 1» como administración. Ellos sí tienen clara la terminación: el 7 para José Miguel, que acabe el 11 para José; y que no acabe ni en 6 ni en 9 en el caso de Asier.

La Lotería de Navidad es todo un mundo. Las supersticiones o razones para comprar en un sitio o una terminación son muchas. Pero todos tienen algo en común: ilusión para que la suerte les acompañe. Si toca el que compren en la capital turística, quizá vuelvan a Benidorm a celebrarlo.