Luis Rubiales no dimite trás protagonizar 31 minutos de discurso que quedarán -para mal- para la historia.
El todavía presidente de la Federación Española de Fútbol ha cambiado de opinión. Si en la tarde de este jueves comunicó a su círculo más íntimo y filtró a la prensa que este viernes anunciaría ante la Asamblea General del fútbol español su marcha; finalmente ha decidido lo contrario y, ante los 75 asambleístas que han asistido a la convocatoria, ha afirmado con contundencia: «No voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir».
El cuestionado mandatario del fútbol español ha tirado de victimismo en un discurso sin ápice de autocrítica y que supone un evidente pulso al Gobierno de Pedro Sánchez.
«He recibido muchas presiones, casi tantas como algunos de vosotros. Me han dicho que dimitiera porque el lunes me sacarían de aquí, pero estamos en un país donde la ley impera y tiene que haber un motvo. ¿Un pico consentido es para sacarme de alquí? Agradezco estar en España para poder defenderme, voy a defenderme y quien me conoce sabe que voy a llegar hasta el final. Esta campaña no responde a la verdad ni a la justicia», ha afirmado Rubiales en una intervención bochornosa en la que incluso ha nombrado a ministros del Ejecutivo de PSOE y Podemos, contra los que ha anunciado que emprenderá acciones legales.
Será, eso sí, después de irse de vacaciones a la localidad granadina de Motril. «Ahora necesito descansar», ha indicado ante la perpledidad de más de 140 periodistas que han seguido sus palabras a través de varias televisiones de plasma. Y es que Rubiales no ha dado la cara ante la prensa, lanzando además duras acusaciones a los periodistas allí presentes.
En su opinión, la mayoría de medios de comunicación han participado en la «cacería» contra su persona.
El feminismo, Tebas, la prensa…
«Se está ejecutando un asesinato social. Se me trata de matar. Van a por mí con todo desde hace cinco años por tierra, mar y aire. Siempre es el mismo, él y sus títeres [en referencia a Javier Tebas]. Cuando llegué al cargo dije que iba a molestar a muchos poderosos porque iba a defender el fútbol modesto», ha indicado.
«El amarillismo del falso feminismo, más Tebas y los de siempre, han apretado mucho. Igual que la mayor parte de la prensa de este país, me van a matar y lo seguirán haciendo. Pero la verdad es la verdad. En el fondo de mi corazón, no me importa. Estoy dispuesto a ser vilipendiado por defender mis ideales. Lo mejor del fútbol español está aquí.»
El beso y el «falso feminismo»
Respecto al beso, sus explicaciones lo dicen todo: «El beso, que fue más un pico, fue espontáneo, mutuo, eufórico y consentido. El deseo que podía tener en ese beso era exactamente el mismo al que podría tener dándole un beso a una hija. Y no hay posición de dominio. Ella [en referencia a Hermoso] me levantó del suelo, que casi nos caemos, y al dejarme en el suelo, nos abrazamos, me acercó a su cuerpo, le dije que se olvidara del penalti fallado y me respondió: ‘Eres un crack’. ‘¿Un piquito?’, le pregunté. ‘Vale’, me contestó’. Se despidió con un último manotazo en el costado y riéndose. Ella dijo que era una anécdota. Y de la anécdota, del ‘no pasa nada’, se pasa al silencio de la jugadora y después a un comunicado que no termino de entender”.
En este contexto, y tras reiterar que estamos ante un «asesinato social”, Rubiales se ha referido al que denomina «falso feminismo» como la «gran lacra en este país».
“¿Ustedes creen que es para esta cacería? Me voy a defender en los juzgados”, ha recalcado.
Contrato para Vilda y disculpas a la reina Letizia y a la infanta
Este es el útimo capítulo que se inició tras sus gestos machistas e intolerables en la celebración del mundial femenino el pasado domingo. Todo indicaba a que el máximo presidente del ente federativo no resistiría a la presión, sucumbiría a la evidencia y dimitiría. No obstante, con 140 asambleístas entregados, el presidente del órgano del fútbol ha decidido seguir en el cargo.
Como primera medida ha anunciado un contrato millonario al selecionador español Jorge Vilda: «Te han querido hacer a ti lo mismo que ahora me están haciendo a mí. Hemos pasado mucho pero hemos estado juntos. Me emocioné muchísimo, hasta el punto de perder el control».
«Quiero pedir perdón sin paliativos de ninguna clase por un hecho que pasó en el palco, cuando en un momento de euforia me agarré esa parte del cuerpo que ya habéis visto», ha dicho el presidente de la Federación en otro de los momentos más surrealistas de su discurso.
«Desde luego tengo que pedir disculpas, a la Reina, a la infanta y a la Casa Real, y a todo el que se haya sentido ofendido. He estado en incontables palcos y nunca he tenido ese comportamiento».