Inicio International Llevo desde los 14 años en esto y me lo he pasado...

Llevo desde los 14 años en esto y me lo he pasado tan bien que no me he dado ni cuenta

16
0

Tomasito (Jerez de la Frontera, 1969) es uno de esos artistas que han crecido sin correa. Azalvajao se titula precisamente uno de los álbumes más exitosos de su carrera. Viene de esa meca del flamenco que es Jerez de la Frontera, donde abunda la buena música y el buen vino. Aprendió con Lola Flores lo que era el arte y su mundo, aunque ha demostrado que la gracia ya la llevaba en la sangre. Su forma de bailar es tan hipnótica como heterodoxa, y en su música ha sabido desarrollar un camaleónico sentido de lo que implica la fusión, sin perder una pizca de su «flamencura» natural.

Ya no es ningún niño, pero conserva el mismo nervio y la misma energía, aunque quizá ahora con más conciencia, tras «una trayectoria ya casi hecha». Cuando mira hacia atrás se da cuenta de que su curro le ha costado. Hace 30 años que echó a volar con su primer disco (Torrotrón) y hace unos meses ha sacado el octavo, cuyo concepto es toda una declaración de intenciones, Agustisimísimo se llama. En él va del bakalao al reggae, sin olvidar sus influencias rock y, por supuesto, su esencia flamenca.

Se autodeclara «carne de escenario» y ahora mismo se encuentra en plena gira. Este domingo canta (y baila) en el festival Flamenco on Fire en Pamplona y antes de subirse a las tablas ha podido conversar con El Independiente.

Pregunta.- Agustisimisimo ha sido un disco muy trabajado en el que te has implicado al 100% en la producción. ¿Cómo ha sido ese proceso?

Respuesta.- La verdad que ha ido muy bien, estoy contento porque lo he podido grabar en Jerez de la Frontera, hemos contado con un músicos de allí. El resultado está muy bien porque ahí hay de todo, hay desde bakalao, fandanguillos… Lo fui haciendo en los ratos que podíamos durante la pandemia y la verdad es que es un gustazo ver cómo ha quedado el resultado y la verdad es que, en general, la gente lo ha acogido muy bien. En los directos la peña se lo pasa muy bien y eso es lo mejor.

P.- Empieza con ese emotivo De Jerez a Plutón dedicado al Migue, de los Delincuentes, ¿qué ha sido el Migue para ti?

R.- Bueno el Migue ya ves, ha sido un referente, y es curioso porque yo los conocí porque ellos ya me seguían a mí. Los Delincuentes se inspiraron mucho en temas míos como el Oh Mare, por ejemplo, del que luego me hicieron una versión. También cantaban Camino del hoyo. Les descubrí, vi que encima eran de mi tierra y, pues eso, me pareció un crack el chaval.

P.- También hay cierta nostalgia en El vino y el pescado, con ese recuerdo al maravilloso G-5, qué importante es en la música juntarse con grandes artistas.

R.- Es nostalgia de la buena. Nos juntábamos y a componer, en un mes hicimos un disco y esa canción está basada en hechos reales, cada uno hicimos una parte. Es un tema que nos daba muy buena sensación en vivo y por eso ha sido la única de todo el disco que quise grabar en directo. Juntarse en general es un regalo, la experiencia con La pandilla voladora también me encantó, juntarte con artistas tan buenos, es algo que tienes que aprovechar siempre.

P.- Le dedicas una canción a tu barrio, Santiago, ¿qué os dan de comer allí para que haya tanto arte?

R.- Esa está compuesta con Diego Pozo, el ratón de los Delincuentes. No sé qué nos darán, será el aire, el vino, no sé qué será. Pero es verdad que es muy bueno cuando ves a tu primo o a cualquiera que se busca la vida así y dices, pues voy a tocar yo también las palmas, así empezamos todos yo creo.

P.- Uno de los temas más originales del disco es La Zalamera, donde te atreves con un ritmo muy reggae. Tú lo de la fusión lo llevas en la sangre.

R.- Es un reggae atangao o aflamencao. Creo que el primer reggae que he hecho en mi vida. Me gusta experimentar, aunque no hay que olvidar que la voz es flamenca, siempre sabes lo que estás escuchando. En la fusión con el rock, con el rap, el funky… siempre está presente esa «flamencura». Como si lo hiciese sin querer, el flamenco, que es lo mío, siempre está ahí.

P.- ¿Qué opinas del estado actual del flamenco, los nuevos artistas que están surgiendo?

R.- La verdad es que tampoco escucho mucho, pero hay artistas que lo están haciendo muy bien, como Israel Fernández. El nivel en el que está ahora y cómo está poniendo de alto el flamenco. Me encanta el chaval, además lo conozco bien y es muy noble. Me alegra que haya gente haciendo grande el flamenco y él está ahí arriba. La Plazuela son muy buenos también, aunque he escuchado poco y me gusta mucho Califato 3/4 .

P.- Con Agustisimísimo pones el broche a una trayectoria de 30 años sacando música desde aquel primerizo Torrotrón, ¿en qué piensas cuando echas la vista atrás?

R.- Pues que vaya recorrido llevo, no está mal ocho discos, el primero lo grabé con veintipico y llevo desde los 14 años actuando. Echo la vista atrás y no me lo creo en mí, porque yo dejé el colegio muy pequeño, a los 11 años, me metí de lleno en la música y la verdad es que ahora creo que me lo he currado. Me he dado cuenta de que tengo ya casi la trayectoria hecha, como quien dice, y no me he dado ni cuenta. Llevo desde los 14 años en esto y me lo he pasado tan bien que no me he dado ni cuenta. No sé si ha sido suerte o yo qué sé, pero yo no sé de música, no sé do, re, mi, fa, sol. Para mí el sol es el que sale todos los días, pero eso también en el flamenco a casi todos nos pasa, la mayoría no sabe de notas musicales, ni escribir, ni leer.

P.- Otra forma de aprender.

R.- Yo no he estado estudiando eso, pero sí he estado en la calle tocando las palmas en los parques, muchas palmas y muchas patás, y eso también es entrenamiento. En vez de ir a la discoteca, nos juntábamos los cuatro o cinco primos y nos íbamos al parque a cantar y a bailar con el tacatacatá o el tucutucutú, y al final nos ha venido bien. Y en Jerez de la Frontera, como allí la gente se echa a cantar y bailar en cualquier momento y a cualquier hora, pues ahora que lo pienso me ha venido bien.

P.- Es difícil aprender eso en un conservatorio.

R.- La libertad, el rollo, las palmas, cada cosa tiene lo suyo. A mí, ya ves si me hubiera gustado saber música, saber leer y escribir, pero bueno to’ no se puede tener. Ya demasiado que tengo esto de la improvisación, que no es tan fácil. Si hubiera estudiado estaría todavía con la partitura ahí liao. Porque yo canto y bailo, no es solo la música.

P.- ¿Qué es lo próximo que te queda ahora?

R.- Pues tengo muchas ganas de seguir, ahora que estamos de gira lo que quiero es que la gente se lo pase bien. A veces te pegas tus descansitos, pero cuando pasas un mes o dos fuera, ya necesitas otra vez estar al pie del cañón, somos carne de escenario.

P.- Eres de los que disfruta más el escenario que el estudio, entonces.

R.- El escenario tienes más libertad y es más fácil disfrutar, lo otro es una cosa que se queda para toda la vida, tienes que estar muy pendiente en la canción, en la velocidad, en el tono, en cómo va a ir estructurada. Lo mío es la improvisación, ahí es donde mejor me lo paso.