No son malos los precedentes de la selección española cada vez que ha competido en una gran cita internacional en el continente asiático. Se proclamó campeona del mundo en el 2006 en Japón. Fue finalista olímpica y protagonista de uno de los mejores partidos de la historia frente a EEUU en los Juegos de Pekín 2008. Y revalidó su título mundial hace cuatro años en la capital china.
Más allá de la bajas de peso con las que se presenta en el campeonato, en especial la de dos bases de primera línea (Ricky Rubio, Lorenzo Brown) ese pasado de éxitos estará muy presente este sábado en el debut en el Mundial frente a Costa de Marfil (20.30 horas, La 2 de TVE) porque el equipo de Sergio Scariolo se ha sabido reinventar y mantener su ADN competitivo tras la retirada de la generación de los ‘juniors de oro’.
Los hermanos Hernangómez han tomado el relevo y a su lado, una mezcla de veteranos (Llull, Rudy, Claver) y jóvenes alimentan la ambición del grupo (el jovencísimo Juan Núñez de 19 años, el pívot Santi Aldama) que ha llegado a Yakarta, la capital de Indonesia, con cierta presión por defender la corona mundial lograda en el 2019, pero también con máxima motivación y la ilusión de ofrecer una buena imagen. El reto inicial es alcanzar los cuartos de final. Después ya se verá.
«Hay unos equipos que tienen más cualidades físicas, atléticas, de anotación. Pero nuestras armas son diferentes, siempre han sido colectivas, jugar en equipo, ayudarnos, ser un grupo muy competitivo, de no dar los partidos por perdidos antes del final», remarcó Scariolo en la previa. «Empezamos de nuevo por debajo de otros favoritos y con el deseo, primero de pasar la ronda de grupos y después ir a los cuartos. Sería un éxito llegar, ya veremos luego», admitió el técnico.
Tanto el escolta del Barça, Darío Brizuela, como el alero del Valencia, Víctor Claver dejaron clara la importancia de encarar el Mundial enfocados al cien por cien para asegurar la victoria en los tres partidos de la primera fase (después de Costa de Marfil, será Brasil el rival el lunes e Irán el miércoles) y de hacerlos desde la humildad.
Un rival físico
«La humildad es una de las claves de este equipo y no podemos pensar que por haber sido campeones tenemos nada ganado. Lo hemos vivido otros años: se pude complicar y pasarlo mal durante el torneo y no queremos eso. Otros años ha salido bien pero no sabes siempre la cara de la moneda», explicó Claver tras el entrenamiento de la selección en el Indonesia Arena, donde también jugarán los partidos dos de sus rivales directos, Francia y Canadá, con los que teóricamente deberá cruzarse en la segunda fase y jugarse el pase a cuartos.
«Costa de Marfil no es ‘a priori’ el rival más fuerte, pero es un rival físico e imprevisible, como dice Scariolo. No va a ser fácil y tenemos que estar bien desde el segundo uno. La siguiente fase va a ser muy complicada y si vas con 3-0 te da un poco de aire, pero si vas con 2-1 se te puede complicar», remarca el nuevo fichaje del Barça, Darío Brizuela.
«Hay muchas ganas de empezar, llevamos un tiempo preparándonos y tenemos ilusión de empezar un nuevo campeonato del mundo. Sabemos que es importante empezar ganado porque es el primer partido y por que cuenta para la siguiente fase, no nos podemos relajar ningún momento», añadió Claver, uno de los campeones del mundo en el 2019, que regresa a la selección tras su ausencia en el Eurobasket y que pueda mejorar el nivel defensivo de España en el torneo.
Brizuela, por su parte, admitió que tiene buenas sensaciones en torno al grupo. “El cansancio reprime esa adrenalina y esos nervios pero creo que el equipo está muy bien», explicó ‘La mamba vasca’ , pese a las importantes bajas con las que ha acudido a Yakarta. «No están Lorenzo ni Ricky pero está Juan Núñez, está Llull que también muy bueno con el balón en las manos y está Aldama, que no es un generador pero si un gran finalizador así que bueno: ‘las que entran por las que salen’, que dijo José Mota en su día. Hay mucho talento, nos adaptamos a los cinco que están en pista», remarcó.