El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha aplaudido la dimisión del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, tras el beso sin permiso que le dio a la jugadora de la Selección Española de Fútbol Jennifer Hermoso en la entrega de trofeos del reciente Mundial femenino. Después de cuatro días en silencio en el partido ultraderechista, a diferencia del resto de formaciones del arco parlamentario, su presidente ha roto su silencio, pero no para condenar con contundencia la conducta de Rubiales, sino para aprovechar y atacar al Gobierno de coalición, más concretamente al presidente, Pedro Sánchez.
“Rubiales dimite por groserías impresentables, porque pedir perdón ‘no es suficiente’ como dijo Sánchez. Sánchez ha puesto a centenares de violadores en la calle. No dimitirá. Cuando alguno de esos violadores excarcelados ataque a una mujer a lo mejor pide perdón. Ojalá le recordemos de forma contundente que eso no es suficiente”, ha escrito el líder de Vox en Twitter.
Tal como ha trascendido, Luis Rubiales dimitirá de su cargo como presidente de la RFEF este viernes durante la Asamblea General Extraordinaria prevista para las 12:00 horas en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. No obstante, esta asamblea podría no producirse al no haber quórum y no llegar al 50% xxxx (70 de 140).
El silencio de Vox frente a la contundencia de todas las formaciones
Por una vez en mucho tiempo, izquierda y derecha se han puesto de acuerdo casi al completo en una cuestión, y es que PSOE y Sumar han pedido la dimisión del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, lo mismo que el PP. No así Vox, que cuatro días después del beso sin consentimiento del máximo responsable de nuestro fútbol a la jugadora Jenni Hermoso, ha seguido guardando silencio.
El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decía el pasado martes en rueda de prensa que Rubiales tenía que “seguir dando pasos” porque sus disculpas eran “insuficientes” e “inadecuadas”. El líder del Ejecutivo no le enseñó la salida directamente, pero sí emplazó al representante primero de la Federación a ir más allá.
“Ellas lo han hecho todo para ganar, pero ha habido comportamientos que manifiestan que queda mucho camino aún por recorrer en materia de igualdad y en la equiparación de derechos entre las mujeres y los hombres”, apuntaba en primera instancia.
“Creo que lo que vimos fue un gesto inaceptable, pero también que las disculpas que ha dado el señor Rubiales son insuficientes, incluso inadecuadas; y que tiene que seguir dando pasos”, añadía.
Todavía en el lado progresista del tablero, la formación magenta, Sumar, también ha afeado a ultranza el gesto de Rubiales. Su líder, Yolanda Díaz, pedía que se cumpla la ley del deporte y se activen los protocolos después de que el presidente de la RFEF hubiera “vejado y agredido” a Hermoso durante la entrega de medallas en Sídney. El partido ha condenado “de la manera más rotunda” el gesto y reiteraba, en la senda de Sánchez, que las “excusas” que el presidente había vertido a través de un vídeo “no sirven en absoluto”.
Además, la plataforma de coalición de partidos de la izquierda fue uno de los primeros en interponer una denuncia contra Rubiales ante el Consejo Superior de Deportes por una infracción grave incluida en la normativa deportiva mediante la cual se le podría inhabilitar para ocupar cargos en la entidad por tiempo de entre un mes y dos años.
Ya en la derecha, desde el PP también han exigido responsabilidades a Luis Rubiales. Cuca Gamarra, pidió esta semana “medidas contundentes” contra Rubiales, aunque utilizó el hecho para cargar contra el presidente del Gobierno a pesar de que éste ya se había pronunciado y había explicado que la RFEF “no corresponde a la estructura del organigrama del Gobierno”. “Espero que su relación con él no le sirva de nada en esta ocasión y deje de ser pronto presidente de la Federación”, decía en cualquier caso la también diputada.
La portavoz de los de Alberto Núñez Feijóo en el Congreso calificaba de “bochornosa” la actuación de Rubiales, también la del palco. “Los españoles no merecemos esa imagen que nos está avergonzando a todo un país ante todo el mundo y que está empañando una grandísima victoria de un grupo de mujeres que deberían ser las únicas protagonistas”, acentuaba.
En cambio, en Vox se ha guardado silencio, no se ha condenado la conducta del hasta ahora presidente de la Real Federación Española de Fútbol ni se le exigió la dimisión. No ha sido hasta que ha trascendido su dimisión cuando el líder de la formación ultra se ha abierto a valorar la situación, pero atacando más al presidente del Gobierno que al de la RFEF.