Las semifinales mundialistas de las dos vueltas a la pista son prácticamente una lotería y hay que estar en muy buena forma y pendiente de todos los detalles para plantarse en las finales. Y en esas lides ya ha demostrado repetidas veces ser un maestro Adrián Ben.
El gallego fue el único de los tres españoles que logró el billete para la final de Budapest’23 del sábado en unas semifinales en las que no lograron la clasificación pese a competir de maravilla ni el plusmarquista español Saúl Ordóñez ni el joven talento Mohamed Attaoui.
Ben volvió a emular al genial ruso Yuri Borzakovski en la final olímpica de Atenas’04 al igual que en las series en una muestra más de la confianza por arrobas que tiene en sus posibilidades. Al igual que en las series, se situó último en una serie vertiginosa ‘marca de la casa’ del británico Max Burguin, posición que seguía ocupando al paso por el 600 antes de emerger como un gigante hasta la segunda plaza con 1:43.92, marca personal además.
Campeón de Europa en pista cubierta, el gallego luchará por mejorar su histórica sexta plaza en los Mundiales de Doha’19 o la quinta en los Juegos de Tokio. «No quiero ni oír hablar de posiciones ni de pronósticos para la final. Ya estamos ahí, estoy fuerte y eso es lo importante», aseguró con su habitual locuacidad y simpatía.
Antes, Saúl Ordóñez había realizado una notable carrera y le faltó el último empuje en la recta para atrapar al argelino Sedjati y fue tercero con 1:44.74, a 25 centésimas del pase. Y el benjamín Mohamed Attaoui (21 años) estuvo media recta final segundo para acabar cediendo y ser quinto con 1:44.35… a él le faltaron solo 12 centésimas.
La que lo tenía casi imposible era la catalana Jaël Bestué en unas semifinales de 200 metros en las que compartía serie con la campeona del hectómetro Sha’Carri Richardson, con la subcampeona Shericka Jackson y con la costamarfileña Maria-Josée TaLou.
De hecho, ni la marca personal (22.50) ni siquiera el histórico récord nacional de la hispanoestadounidense Sandra Myers (22.38) le aseguraban un quimérico pase a la final y, pese a que compitió muy bien, la emergente azulgrana acabó quinta con 22.60. Semifinalista en 100 y en 200, ahora debe liderar el relevo 4×100 español.