Las primarias demócratas de 2008 fueron unas elecciones históricas. La épica batalla entre Barack Obama y Hillary Clinton movilizó a más votantes que nunca y se batieron todos los récords de participación. Ocho años después está sucediendo lo mismo en el bando republicano. La abundancia inicial de candidatos a la nominación, nada menos que 17, y especialmente el ‘fenómeno Trump’, con la polarización que ha generado su candidatura, se han traducido en un enorme entusiasmo entre los votantes. La afluencia de los conservadores ha sido masiva en los cuatro estados disputados hasta ahora, mientra caía la participación entre los demócratas. ¿Significa eso que parten con ventaja para las generales de noviembre?
Antes del supermartes, las últimas primarias en celebrarse fueron las demócratas de Carolina del Sur. Votaron 367.000 personas, un 30% menos que en 2008 y menos de la mitad de los 738.000 republicanos que votaron una semana antes en ese mismo estado, superando en un 20% la participación del 2012. Ese patrón se repite. Aunque en Nevada votaron más demócratas que republicanas, la participación entre los primeros se ha reducido sensiblemente respecto al último año que celebraron primarias mientras se disparaba en el bando conservador. En Iowa y Nevada creció por encima del 50% respecto al 2012, cuando Mitt Romney obtuvo la nominación.
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“No hay ninguna duda al respecto, Donald Trump es el principal motivo de la alta participación republicana”, dijo recientemente el influyente politólogo, Larry Sabato. “Lo amen o lo odien, es el centro de atención”. Otros expertos sostienen que la caida en la participación demócrata no debería interpretarse como una falta de interés por sus candidatos, dado que la del 2008 fue inusualmente alta.
Tampoco debería pensarse que los republicanos tienen las generales de noviembre en el bolsillo. Es demasiado pronto para sacar esa conclusión, según el profesor de la Universidad de Florida, Michael McDonald, que analiza la participación electoral en su blog. En las primarias del 2000, la participación republicana fue muy superior a la demócrata pero al final George Bush le ganó la presidencia a Al Gore por un puñado de votos y después de que el Tribunal Supremo tuviera que terciar en el controvertido recuento de Florida. “Solo desde un punto de vista logístico, hay mucha más competencia en el bando republicano, que va unida a mucho más dinero invertido”, le ha dicho a la radio NPR. “Teniendo solo eso en cuenta, es de esperar que los republicanos estén mucho más involucrados”, abundó.