El comercio avilesino vive su mejor verano desde hace décadas. Las elevadas temperaturas y escasas lluvias, el considerable incremento de los turistas y la contención de la inflación son las claves que explican el éxito. El sector considera, además, que la comarca ya no es lugar de paso, sino que un número importante de visitantes prolongan su estancia y la utilizan como base para luego recorrer el Principado.

Las rebajas de verano son importantes porque facilitan la salida de stock de cara a la nueva temporada, lo que permite mejorar la viabilidad de los negocios de cara a la temporada de otoño-invierno.

Si bien el balance de las ventas suele ser dispar, es cierto que desde la pandemia por el covid en 2020 los comerciantes avilesinos coincidían en que no se había vuelto a vender «con alegría». De hecho, el verano pasado no fue todo lo bueno que se preveía inicialmente.

El inicio de las rebajas este verano también fue dispar. Muchos de los negocios del comercio de la ciudad se vieron obligados a adelantarlas arrastrados por las grandes superficies, y ante el incremento de los precios la incertidumbre era enorme. «Lo primero es la alimentación, y la ciudadanía tiene que recortar gastos», razonaban los comerciantes. Sin embargo, en esta ocasión los números están saliendo bien. Muy bien para muchos.

Las elevadas temperaturas, el control de la inflación y el incremento de visitantes explican la buena campaña, según confirmaron desde la Unión de Comerciantes de Avilés y Comarca (Ucayc). De hecho, en esta asociación se remontan a años posteriores a la Gran Crisis para encontrar ventas asimilables. Y cuando parecían encontrar la senda para un buen crecimiento, llegó la pandemia.

«El buen tiempo ha sido algo excepcional este verano, a lo que se sumó el control de la inflación, que permitió una mayor disponibilidad de las rentas», señalaron desde la Ucayc. Pero si estos dos factores fueron importantes, la llegada de turistas como no se recuerda en la ciudad ha sido un factor fundamental.

«Avilés se está posicionando como destino, y no como ciudad de paso o simplemente para venir de excursión. Muchas familias, parejas y grupos han encontrado en la ciudad y en la comarca su base para desde aquí desplazarse al resto de la región, y eso beneficia la actividad comercial, a la hostelería y al sector hotelero», aseguran desde la asociación de comerciantes y hostelería.

Y no solo eso. El comercio urbano mira a largo plazo, y ve en este posicionamiento turístico de la ciudad y de la comarca un factor favorable añadido: la promoción. «El boca a boca siempre ha funcionado muy bien. Quienes vienen marchan encantados y ‘venden’ Avilés y su comarca como destino, lo que es fundamental para atraer más visitantes», aseguran desde la Ucayc.

Las rebajas más importantes en cuanto a rendimiento económico para el comercio son las de invierno. Las de verano sirven fundamentalmente para sacar stock de los almacenes y hacer frente al pago de los proveedores de cara a la nueva temporada. Sin embargo, este verano han confluido ambos factores, hasta el punto de que ya son muchos los negocios ya han liberado mucho espacio y han empezado a colocar los productos de otoño-invierno.

«Seguimos manteniendo lo que nos queda de verano en los escaparates, aunque casi no quedan tallas donde escoger. Pero con el calor de estos días, seguimos vendiendo», asegura la dependienta de una céntrica tienda de moda de Avilés que reclamó anonimato. «Este año hemos trabajado incluso los días que hizo mucho calor», asegura.