La deuda acumulada por las provincias chinas, especialmente Guizhou, amenaza la estabilidad económica del país, alcanzando cifras preocupantes en 2022.

Guizhou: Desde la pobreza al endeudamiento

Antes conocida por ser una provincia empobrecida, Guizhou ha invertido masivamente en infraestructura, incluidos algunos de los puentes más altos del mundo. Esta inversión ha sido elogiada por el presidente Xi Jinping.

Este avance, sin embargo, ha venido con un coste: una deuda que ascendió a 1,2 billones de RMB (165.700 millones de dólares) en 2022, con un ratio deuda/PIB del 62 %.

Si se considera la deuda fuera de balance, el ratio podría alcanzar el 137 %, lo que ha generado preocupación a nivel nacional e internacional.

Los LGFV y el desafío de financiamiento

El endeudamiento se ha canalizado principalmente a través de vehículos de financiación de gobiernos locales, conocidos como LGFV. Estos han surgido como un legado del antiguo modelo de crecimiento basado en la expansión de la oferta.

El primer LGFV se originó en 1998, pero su proliferación se intensificó tras un paquete de estímulo en 2009. A finales de 2022, la deuda de los gobiernos locales chinos llegaba a 94 billones de RMB.

El estratega jefe de inversiones de BNP Paribas, Chi Lo, sugiere que el modelo de crecimiento de China está en transición, lo que podría dejar obsoletos a estos vehículos financieros.

El impacto de la pandemia y el aumento de la deuda

La pandemia del coronavirus afectó las finanzas de los gobiernos locales, aumentando el gasto público y disminuyendo las ventas de tierras. Esto ha llevado a una creciente dependencia de la emisión de deuda.

Con grandes sumas de deuda que vencen en 2023 y 2024, la tensión ha crecido. El profesor Victor Shih señala que la dependencia de la deuda está empeorando rápidamente.

El caso cercano al impago en Zunyi, la segunda ciudad más grande de Guizhou, ha exacerbado las preocupaciones sobre una posible crisis financiera sistémica.

Medidas propuestas para enfrentar el endeudamiento

En respuesta a la crisis, Pekín ha enviado equipos de funcionarios a provincias con debilidades financieras. Estos equipos evaluarán los balances y buscarán formas de reducir sus deudas.

Una propuesta sugiere canjear parte de la “deuda oculta” por bonos oficiales de los gobiernos locales. Aunque esta solución podría ser temporal, ofrece cierto alivio a corto plazo.

Otras medidas incluyen la extensión de los vencimientos de préstamos y la reducción de los tipos de interés, aunque estas soluciones podrían impactar indirectamente a los bancos.