Las sonrisas de Julia Reim (alemana), Fernando Álvarez (ovetense) y su pequeña hija Alma reciben a los peregrinos en el albergue municipal de Tineo Mater Christi. La historia de esta familia comenzó en el propio albergue hace poco más de un año, donde se encontraron por casualidad. Ella era peregrina y él iba al albergue a pasar un rato con los caminantes, disfrutando del sol en el patio delantero del edificio. Comenzaron a hablar y la conexión fue instantánea, tanto que Julia Reim no continuó el camino y decidió convertir a Tineo en su hogar.

Fernando Álvarez recibe a los peregrinos. | D. Á.


Fernando Álvarez no estaba haciendo el Camino de Santiago, aunque reconoce que siempre tuvo ánimo hospitalario. Él había llegado a Tineo en febrero de 2022 para trabajar en un plan de empleo del Ayuntamiento; allí coincidió con el entonces hospitalero Aitor López, que le ofreció quedarse en el albergue hasta que encontrase un piso para alquilar. A los pocos días, cerca del albergue dio con un piso, pero mantuvo la costumbre de pasarse por el albergue para disfrutar de la zona exterior con un libro y un café, así como para conocer gente nueva y poder practicar inglés.

Una mañana de mayo, Fernando se acercó hasta al albergue y allí estaba Julia, sonriente. Él le preguntó a ella si era escritora, porque se la encontró escribiendo, y ella a él que si era peregrino, y así iniciaron una conversación que duró hasta el día siguiente.

Julia Reim venía de hacer el Camino del Norte desde Irún con su hermano y un amigo y cuando llegó a Santiago de Compostela decidió retroceder hasta Oviedo e iniciar el Primitivo con calma. Antes de llegar a Tineo había hecho noche en La Espina (Salas), pero decidió concluir esa etapa en la villa tinetense, a pesar de que son pocos kilómetros recorridos. «Me dijo que por la mañana había tenido la sensación de que algo iba a pasar ese día y llegó a las 11 a Tineo, se tomó un café en la plaza y se fue para el albergue», cuenta Álvarez.

Esa sensación que le hizo detenerse en Tineo fue la que después les dio la oportunidad de conocerse y de dar el paso de formar una familia. Pero antes, ella reinició la Ruta Jacobea junto con su hermano, que había decidido seguir sus pasos, aunque solo lo acompañó dos etapas más, hasta Berducedo (Allande). Después, decidió volver a Tineo.

«Fue la primera vez que me moví por mis sentimientos, sentí que este era mi hogar después de viajar durante muchos años», reconoce Reim, que asegura que «el Camino te da lo que necesitas y no lo que quieres».

La casualidad hizo que ese mismo año, en noviembre, los hospitaleros que llevaban años al frente del albergue municipal decidieran dejarlo, y fue entonces cuando Fernando y Julia se ofrecieron a coger las riendas. Una experiencia que les está gustando y que les está haciendo plantearse emprender un negocio ligado a la ruta jacobea.

«En principio estaremos este año en el albergue, pero nos gustaría mantenernos vinculados al camino y emprender un negocio, aún no sabemos dónde», explica Fernando Álvarez, que asegura que están disfrutando de la experiencia que les ofrece ser hospitaleros. «Nos gusta conocer gente de alrededor del mundo, ahora en verano requiere mucho tiempo porque hay muchos peregrinos, una media de 20 al día, pero la mayoría de las experiencias que vivimos son positivas y algunas simpáticas», añade.

Un trabajo que compaginan con el cuidado de la pequeña Alma, quien está presente a diario en el albergue.