El PSOE cederá a Junts sus diputados para que puedan tener grupo propio en el Congreso de los Diputados, a pesar de no contar con los requisitos reglamentarios para hacerlo. Esta jugada, que se ha repetido en legislaturas pasadas con gobiernos de distinto signo y que replicará Sumar con ERC, forma parte de una estrategia de alianzas del Gobierno en funciones con los diputados catalanes, necesarios para que Pedro Sánchez pueda mantener su mayoría en la Cámara Baja.
Así se vio, precisamente, el pasado jueves 17 de agosto, cuando los parlamentarios independentistas cerraron filas alrededor del PSOE para investir a Francina Armengol como presidenta del Congreso de los Diputados. A cambio, Sánchez les ofreció cuatro pactos: el uso de las lenguas cooficiales, la apertura de dos comisiones de investigación, abrir el debate sobre la Ley de Amnistía y, por último, la posibilidad de que Junts y ERC formaran un grupo propio.
Para poder conformar grupo es necesario cumplir una de estas tres condiciones: contar con al menos 15 escaños; contar con cinco escaños y haber obtenido el 5% de votos en todo el territorio; o tener el 15% en las circunscripciones a las que se ha concurrido. Tanto Junts como ERC tienen siete escaños, pero no alcanzan ese 15% de los votos, por lo que no deberían tener posibilidades de formar grupo y perderían, así, todas las ventajas económicas, técnicas y de representación que supone no irse al Grupo Mixto.
[El Rey designa a Feijóo candidato a la investidura para que intente formar Gobierno]
La manera más sencilla de engañar al reglamento es la llamada «cesión de diputados», que es la que el PSOE ejercerá con Junts y la que Sumar habilitará con ERC. Es tan sencillo como que, en el momento de habilitar los grupos, varios diputados socialistas se adscriban dentro del presunto grupo de Junts —para que alcancen el mínimo del 15% de los votos exigidos— y acto seguido vuelvan al del PSOE. En el caso de Sumar, la vía será exactamente igual con ERC.
Los republicanos se quedaron en el 12,3% de los votos en Barcelona y un 14,7% en Girona. Por su parte, la formación de Carles Puigdemont obtuvo un 9,6% de apoyos en Barcelona y un 11% en Tarragona.
Fuentes del partido liderado por Yolanda Díaz explican que prestarán a ERC exactamente a sus diputados por Girona y Tarragona para poder llegar ese porcentaje de voto, justo el necesario para cumplir con el reglamento; el PSOE replicaría la jugada con Junts en Barcelona y Tarragona. Luego, una vez que los grupos queden oficialmente constituidos, esos mismos parlamentarios se marcharán y volverán a sus partidos en el siguiente periodo de sesiones, en enero.
Todo esto sería imposible si no se contase con el beneplácito de la Mesa del Congreso y su presidenta, la recién investida Francina Armengol, que es la que tiene la potestad sobre cómo interpretar el artículo 23 del reglamento interno de la Cámara. Se trata de un texto vago que recoge los requisitos anteriormente expuestos, pero no cierra la puerta a que otros partidos puedan «ayudar» a los minoritarios con sus escaños.
La vía más inequívoca y estricta sería, claro, que PSOE y Sumar le prestasen ocho diputados a Junts y ERC, respectivamente, para que cada uno contase con 15 escaños en el momento de la constitución de los grupos. No obstante, se ha optado por la vía más «histórica» y discreta, que es relegar los mínimos imprescindibles para lograr el 15% de los votos en todas las circunscripciones.
El plazo para presentar las propuestas de creación de grupos parlamentarios concluye este viernes, 25 de agosto, a las 14.00 horas.
Sigue los temas que te interesan