En una maniobra estratégica, las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos han decidido incorporar un avanzado dron con características furtivas para contrarrestar amenazas como el J-20 chino.
El nacimiento del prototipo de blanco aéreo de 5.ª generación
Advanced Technology International, con una inyección de 77,2 millones de dólares, ha puesto en marcha el desarrollo de un blanco aéreo de quinta generación. Con el panorama aéreo global evolucionando a pasos agigantados, esta inversión busca responder a la falta de drones que emulen las especificaciones de cazas furtivos avanzados.
Estos drones representan un recurso esencial para probar sistemas emergentes, como los radares de última generación integrados en misiles aire-aire. El entrenamiento de pilotos a través de la simulación de amenazas también se ve potenciado por estas máquinas.
En respuesta, EE. UU. ha creado una unidad especializada, el 65.º Escuadrón de Agresores, que usa cazas furtivos F-35 para simular amenazas potenciales, reforzando así su táctica de entrenamiento frente a adversarios de alto calibre.
El avión furtivo no tripulado: Una solución costo-efectiva
Con el alto coste y la limitada disponibilidad de los F-35, este dron furtivo emergente promete ser un recurso invaluable. Su incorporación democratizará las oportunidades de formación en la flota naval, fortaleciendo la preparación de más unidades ante amenazas furtivas.
El nuevo panorama geopolítico ve a Rusia luchando por establecer su unidad de cazas furtivos, mientras China solidifica su posición con la producción acelerada del J-20. El avance chino en aviónica se equipara a la vanguardia tecnológica del F-35.
La variante J-20B, con su motor WS-15 y capacidades furtivas mejoradas, pone en jaque a los motores del F-35, impulsando debates sobre su reemplazo en el servicio.
China y EE. UU.: Una carrera en los cielos
El 2022 marcó un hito con el enfrentamiento entre el J-20 y el F-35, reflejando un cambio tectónico en la estrategia aeroespacial. En diversos aspectos, el J-20 supera al F-35, desde su velocidad y altitud hasta su arsenal de radares y misiles.
Con China en vías de introducir más cazas furtivos, como el FC-31 y potenciales aviones monomotor para exportación, la adquisición del J-20 prevé superar a la del F-35 en un 250 % a partir de 2024.
Ante esta realidad, EE. UU. siente la urgencia de elevar su entrenamiento contra amenazas furtivas y la necesidad de aviones no tripulados especializados en pruebas.
El papel de los aviones teledirigidos en el futuro bélico
Estos drones se perfilan como herramientas esenciales para mejorar la eficiencia de equipos de vanguardia, como el misil aire-aire AIM-260. Aunque los F-16 retirados han sido reutilizados como aviones teledirigidos, su eficacia con misiles como el AIM-260 es cuestionable.
La posibilidad de replicar este enfoque con cazas de quinta generación es prácticamente nula por décadas. Esta visión subraya la inversión imperativa en drones furtivos diseñados específicamente para tal fin.
Con un mundo en constante evolución, la carrera aeroespacial militar se encuentra en un punto de inflexión. Los drones especializados emergen como la solución a los desafíos contemporáneos, llevando el entrenamiento y la estrategia militar a nuevos horizontes.