Una pieza del tablero ya está clara: Alberto Núñez Feijóo es ya oficialmente el candidato a la investidura propuesto por el Rey. Pero ahora queda por saber un dato clave: cuándo. Cuándo se someterá al escrutinio del Congreso. Porque la fecha, el día en que se consume la primera votación fallida, marcará los plazos siguientes y, sobre todo, la jornada en la que España podría acudir de nuevo a las urnas en caso de que tampoco Pedro Sánchez lograse la confianza de la Cámara. Y ahora ese dato es más relevante porque habría que salvar las navidades, para que una hipotética repetición electoral no coincida ni con el 24 ni el 31 de diciembre, ni tampoco con el 7 de enero.
Felipe VI, tras reunirse con siete dirigentes políticos durante dos días, hizo este martes la encomienda al líder del PP, guiado por la «costumbre» de las rondas de consultas previas, pero quien entra en juego en este punto es la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol. Es ella la que, conforme al artículo 170 del reglamento de la Cámara baja, tiene la potestad exclusiva de convocar el pleno de investidura. Y aunque ella ya mantuvo este martes por la noche una primera conversación con Feijóo para escuchar su parecer, es evidente que también concertará la estrategia con el otro candidato posible y líder de su partido, Pedro Sánchez, presidente en funciones. Por eso para el PSOE también era capital controlar la Mesa del Congreso y situar a la cabeza a uno de los suyos, porque el órgano rector de la Cámara es la puerta de entrada a la gestión de los tiempos de la legislatura.
Por lo pronto, el Gobierno no ve obstáculos para que el pleno arranque la semana próxima, una vez que el lunes se constituyan los grupos
Ahora los socialistas deben definir su estrategia y estudiar si les conviene que Feijóo se estrelle en el hemiciclo la próxima semana —la única que permitiría que las nuevas elecciones se celebrasen antes de Navidad, el domingo 17 de diciembre— o bien acceden a que se someta a la confianza de sus señorías dentro de un mes, entre finales de septiembre y primeros de octubre, para que unos eventuales nuevos comicios tengan lugar tras las fiestas. La elección podría no ser pacífica, dado que el jefe del PP, tras su audiencia con el monarca pidió tiempo para negociar, dando a entender que quería semanas de margen, pese a que no tiene ninguna opción de ser elegido presidente: ya tiene amarrados 172 apoyos, a cuatro de la mayoría absoluta, y el PNV, con cinco escaños, se niega a facilitarle la investidura. El Gobierno, en cambio, no ve obstáculos para que la sesión arranque el martes 29, al día siguiente de que la Mesa autorice la constitución de los grupos parlamentarios.
Armengol no dio pistas sobre las fechas este martes, en su breve comparecencia en los pasillos de la Cámara baja en la que comunicó la propuesta del Rey. La presidenta respondió a los periodistas que «tomará» la decisión tras conversar con el líder del PP. «Lo que me corresponde es hablar con el candidato, escuchar y ver sus razones y preferencias para enfocar ese debate, de lo que se trata es de poder facilitar las negociaciones con las diferentes fuerzas políticas», resaltó tras regresar de su cita en el palacio de la Zarzuela con Felipe VI.
Lo que me corresponde es hablar con el candidato, escuchar y ver sus razones para enfocar ese debate, de lo que se trata es de poder facilitar las negociaciones con las diferentes fuerzas»
FRANCINA ARMENGOL, PRESIDENTA DEL CONGRESO
Tampoco desde su entorno quisieron anticipar los siguientes pasos: sí confirmaron ese primer contacto con Feijóo, que escuchó su parecer y que en las próximas horas comunicará su decisión, porque, señalaban estas fuentes a este diario, no tiene intención de «estirar» la incógnita de la fecha de la investidura. Puede que incluso este miércoles confirmase la convocatoria del pleno. En Ferraz indicaban que tendrán que analizar escenarios y ver cuál es el más conveniente para Sánchez: «Lo tenemos que ver«. La cúpula socialista debe estudiar, por tanto, si le conviene un periodo de tres meses de negociaciones con las formaciones nacionalistas e independentistas —la clave es Junts— o bien al presidente le bastan dos para armar su investidura.
Los cálculos: dos meses y 47 días
¿Y por qué dos o tres meses? La Constitución señala, en su artículo 99, que tras la primera votación de investidura se abre un plazo de dos meses para intentar forjar una investidura. Transcurrido ese tiempo, las Cortes Generales se disolverían de manera automática y se convocarían nuevas generales, que en este caso se celebrarían a los 47 días por tratarse de una repetición de los comicios, y no a los 54 días, que es el periodo electoral habitual.
Una votación fallida el 6, 13 o 20 de septiembre llevaría a elecciones el 24 y 31 de diciembre y 7 de enero. El 27 de septiembre conduciría a unos comicios el 14 de enero, aunque la campaña arrancaría la víspera de Reyes
Si el pleno de investidura arranca el próximo martes, 29 de agosto, la primera votación se produciría el miércoles 30. Ello impondría que el plazo para que el Congreso elija a un presidente del Gobierno se agota dos meses más tarde, el lunes 30 de octubre. El martes 31 se publicaría en el BOE el decreto de convocatoria de nuevos comicios y estos tendrían lugar el domingo 17 de diciembre. Si la primera votación no exitosa es una semana más tarde, el 6 de septiembre, significaría que la repetición electoral caería en 24 de diciembre, Nochebuena. Si fuera el 13 de septiembre, las generales coincidirían con el 31 de diciembre, Nochevieja. Y si cayera el 20 de septiembre, las urnas se abrirían el 7 de enero, el día posterior a Reyes.
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El 27 de septiembre conduciría a elecciones el 14 de enero, pero ahí el hándicap es que la campaña, de solo una semana esta vez (y no 15 días, por ser una repetición), arrancaría el viernes 5 de enero, con las cabalgatas de Reyes en toda España. De este modo, si se quieren salvar todas las navidades, la primera fecha disponible, pasado el 30 de agosto, sería el miércoles 4 de octubre, que llevaría los comicios al 21 de enero.
Feijóo sorprendió durante su comparecencia ante los medios por echar el freno. La semana pasada, el coordinador general del PP, Elías Bendodo, apostó por una investidura rápida, incluso en el mes de agosto: «Estamos en plena presidencia de la Unión Europea y cuanto antes haya un Gobierno fruto de esa investidura, mejor para todos». Sin embargo, el líder de los conservadores señaló este martes que comenzará con los contactos a partir del próximo lunes, 28 de agosto, ya que ese día la Mesa dará luz verde a la constitución de los grupos parlamentarios.
El político gallego alegó que hasta entonces no tiene sentido «hablar con nadie«, pese a que ya ha tejido acuerdos con Coalición Canaria (1) y ya tiene el respaldo de UPN (1) y Vox (33). «Hacer una investidura sin hablar con los grupos supondría un formato no parlamentario y obligar a un candidato a hablar con los grupos en horas o en días supondría sin ninguna duda que ese candidato parte con una posición de desigualdad con respecto a otros candidatos que pueden tener mucho más tiempo», defendió, dando a entender su desventaja frente a Sánchez, que le seguiría a él como candidato a la investidura.
El precedente de la moción de censura de 2018
Si ahora Feijóo considera prematuro ir a una primera votación el 30 de agosto, entonces habría de esperarse al 27 de septiembre o al 4 de octubre. O sea, tendría el margen de más de un mes (y Sánchez, otros dos meses extra a partir de ese primer fracaso). Pero, en el fondo, no cabría negociación posible para él, porque su único potencial socio, el PNV, ya ha reiterado una y otra vez que no hará presidente a Feijóo por su dependencia de la ultraderecha. Este martes, además, el portavoz de la formación nacionalista, Aitor Esteban, confirmó en Al rojo vivo (La Sexta) que el PSOE se había puesto en contacto con él por la mañana para comenzar a negociar la investidura de Sánchez y que quedó con la cúpula en quedar próximamente para hablar. No concretó qué dirigente «con responsabilidades» en el PSOE le llamó, pero en Ferraz sí confirman que quien pilotará de nuevo las conversaciones con el PNV será el secretario de Organización, el navarro Santos Cerdán, muy bregado en el diálogo con el partido de Andoni Ortuzar. Feijóo no tiene más aliados: ni ERC (7), ni Bildu (6), ni Junts (7), ni BNG (1) entran en su ecuación. Y el PSOE no le va a prestar sus votos.
El PNV confirma que el PSOE se puso en contacto con él este martes para comenzar las negociaciones
El líder del PP estaba, por tanto, preparando el terreno para un hipotético choque con Armengol en caso de que esta le comunique que debe acudir a un pleno de investidura la próxima semana para evitar que la repetición electoral coincida con las navidades o se lleve a avanzado enero. Pero no le quedaría otra que acatar, como él mismo asumió en su comparecencia pública. En 2018, la entonces presidenta de la Cámara baja, la popular Ana Pastor, optó por convocar la moción de censura de manera ultrarrápida, menos de una semana después de su registro, con el objetivo de hacerla descarrilar, pero ocurrió lo contrario: el poco tiempo disponible hizo que todos los actores apurasen los plazos y al final se alinearon para desalojar a Mariano Rajoy de la Moncloa y aupar a Sánchez al poder.
A falta de conocer la decisión final, fuentes del Ejecutivo sí indicaban que no habría problema en que el pleno de investidura pudiera arrancar el martes 29, porque ya estarán los grupos constituidos. Los partidos tenían desde este pasado lunes hasta el viernes el plazo para presentar su solicitud, y la Mesa autorizará la formación de los grupos el lunes. Ese resorte está ahí, pero Sánchez deberá determinar si le conviene apurar los plazos, apuntando a un conflicto con Armengol, o es mejor esperar.